La biblioteca de Cullera es de las más importantes de la Ribera Baixa, al menos en lo que a volumen de préstamos se refiere. De hecho, la localidad costera presta más libros que el resto de municipios de la subcomarca. El centro se ve favorecido por el amplio horario que ofrece, y de manera especial en época de exámenes y en verano. El municipio registra una masiva presencia de visitantes durante las vacaciones estivales que, en muchas ocasiones, buscan en la lectura un pasatiempo que se puede complementar a la perfección con el sol y la playa.
Según los datos ofrecidos por la Conselleria de Educación, en los seis puntos de la denominada Xarxa Pública de Biblioteques Valencianes que se encuentran en la Ribera Baixa se realizaron casi 45.000 préstamos de libros en 2017, concretamente 44.904. De estos, 25.879 se registraron en la biblioteca de Cullera, la cifra más elevada de las seis. Le sigue los pasos la biblioteca de Sueca. En la capital de la Ribera Baixa se contabilizaron el pasado año 14.464 libros prestados. Las cifras son menores en los municipios a medida que desciende su tamaño. Es el caso de Corbera, donde se contaron 1.672 ejemplares cedidos. Se acerca bastante a este dato la localidad de Sollana, con 1.525. Por debajo del millar de unidades se encuentran Polinyà de Xúquer, con 895 libros prestados, y Albalat de la Ribera, que registró 469 volúmenes donados durante todo el pasado año.
Tendencia al alza
Las cifras ponen de manifesto que la biblioteca de Cullera presta más libros que el resto de localidades de la Ribera Baixa incluidas en la Xarxa Pública de Biblioteques Valencianes. Los datos de educación, además, confirman una tendencia al alza del número de usuarios que utilizan estos servicios. El sistema de préstamo de libros todavía tiene una fiel respuesta entre los usuarios de las diferentes bibliotecas de la Comunidad Valenciana, con un incremento que supera el 8% con respecto a años anteriores y que en la comarca de la Ribera Baixa muestra una interesante evolución.
Dicha tendencia sorprende en la época actual. Mientras algunos vaticinaban un fin próximo a los libros en papel debido a la aparición de los libros electrónicos, pero las páginas de celulosa todavía resultan atractivas. Muchas bibliotecas recuperan buenas sensaciones y, de hecho, el número de préstamos ha mejorado y se sitúa en cifras cercanas a las de hace cinco años. Los usuarios han vuelto a las bibliotecas, donde además del servicio de préstamo de libros, también pueden tener acceso a la prensa diaria y a puntos de conexión a internet, dos alicientes a tener en cuenta.
