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La cofradía de la Murta evita reverdecer la disputa con devotos de la Virgen de Lluch

? Se desmarca de los actos del 125 aniversario de la proclamación del acuerdo municipal que otorga el «copatronazgo» a la Virgen del valle y zanja: «la patrona canónica en Alzira es Nuestra Señora de Lluch»

Una imagen de la romería de la Murta de 2013. alfonso rovira

La Real Cofradía de Nuestra Señora de la Murta lanzó ayer un claro mensaje de distensión y advertencia para desactivar todo intento de resucitar el enfrentamiento que desde 1957 y durante casi dos décadas dividió profundamente al catolicismo en Alzira entre los defensores del patronazgo de la Virgen de Lluch y los que apostaban por conceder todos los honores a la Virgen de la Murta, imagen icónica del monasterio enclavado en el valle.

El desencuentro entre ambas cofradías quedó zanjado en un documento apostólico firmado por el papa Pablo VI el 30 de marzo de 1978 que renonocía como única patrona canónica a la titular del santuario que corona la Muntanyeta del Salvador. A esa decisión apelan ahora los responsables de la entidad religiosa murteña para apartarse de la iniciativa impulsada por algunos dirigentes de la Associació d'Amics de la Murta -un colectivo de carácter civil- para conmemorar el 125 aniversario de la proclamación en 1893, por parte del ayuntamiento, del «copatronazgo» de la Virgen de la Murta, según refería un documento encontrado en el archivo municipal.

«Evitar malentendidos»

«Esta Real Cofradía se desmarca de cualquier acto o actividad organizada por cualquier comisión o asociación que tenga como protagonista a nuestra imagen titular y pueda contribuir a generar confusión y a hurgar en viejas heridas que, a excepción de alguna persona, se han superado con el tiempo», sostiene con contundencia el comunicado emitido ayer por el colectivo murteño, que para reforzar con todavía más claridad su posicionamiento añade: «lo hacemos público para evitar malentendidos y en aras a la hermandad y a la necesaria armonía que, entendemos, debe presidir las relaciones entre las diferentes asociaciones de nuestra ciudad».

La firmeza exhibida y la necesidad de marcar posiciones ante los católicos alcireños obedece tanto a la voluntad de los dirigentes de la cofradía de evitar cualquier roce con sus homólogos del Lluch como a la determinación del clero local, que desea mantener a toda costa el espíritu de concordia que se preside las relaciones entre ambas asociaciones en las últimas décadas y que de ninguna manera quiere tolerar divisiones irracionales en la comunidad católica que son incompatibles con la doctrina de la Iglesia.

Entre Dios y el César

La propuesta de conmemorar el 125 aniversario del acuerdo municipal que declaró el copatronazgo parte de un grupo de directivos de la Associació d'Amics de la Murta que persiguen recuperar la importancia histórica que tuvo el paradisíaco enclave que domina el monasterio que los monjes jerónimos administraban en el corazón de una finca forestal que también encierra una riqueza botánica incalculable. La cofradía nada objeta a ese propósito, pero no está dispuesta a admitir que esos objetivos se crucen con el credo religioso.

La Iglesia no admite ninguna controversia respecto al patronazgo. El código del derecho canónico deja con toda claridad esa decisión en manos de la Iglesia. Durante siglos, la confusión entre los límites de la autoridad civil y la religiosa permitió a muchos ayuntamientos adoptar decisiones sobre la elección de patronos locales. Esa contrariedad se resolvió con la intervención del Vaticano, que procedió a confimar la elección de la Virgen de Lluch con dos actuaciones incontestables: la coronación canónica por parte del arzobispo Olaechea el 22 de mayo de 1966 y el breve apostólico de Pablo VI que la confirmó como patrona doce años después.

«Como cofradía nos regimos por el derecho canónico y acatamos la decisión solemne que recayó hace cuatro décadas, cuando Su Santidad el Papa Pablo VI, fundamentándolo en la historia, en la tradición y en el culto, decretó que la patrona canónica de Alzira es Nuestra Señora de Lluch», subrayan los responsables de la asociación religiosa murteña para subrayar que no existe ningún resquicio para «renovar viejas rencillas» que ya son historia.

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