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La prohibición de quemas ahoga la agricultura y deja sin trabajo a los podadores

La suspensión indefinida de la Generalitat para prevenir incendios impide en la práctica utilizar el fuego en todo el término de Alzira - El ayuntamiento espera una respuesta a su petición al Consell de que suavice la restricción

La prohibición de quemas ahoga la agricultura y deja sin trabajo a los podadores

La presencia de más de un centenar de barrancos, dos ríos y las diferentes montañas que se localizan en Alzira provoca que la prohibición de quemas agrícolas a menos de 500 metros de suelo forestal decretada por la Generalitat de forma extraordinaria para reducir el riesgo de incendio afecte a todo el término municipal en el que, en estos momentos, no se están concediendo permisos de quema. Tanto barrancos como cauces fluviales se consideran técnicamente terreno forestal, por lo que las parcelas de su entorno se ven afectadas por esta restricción que entró en vigor el 6 de enero y que la conselleria justifica por la prolongada ausencia de lluvias, las elevadas temperaturas que se han registrado por momentos y los fuertes vientos. La resolución de la dirección general de Prevención de Incendios Forestales también deja en suspenso los planes locales de quemas por lo que no se plantean las excepciones que rigen en determinados meses del verano.

La imposibilidad de quemar paraliza prácticamente la actividad en los campos hasta el punto que algunos agricultores han dejado de contratar los trabajos de poda al no poder dar salida a estos restos especialmente en zonas próximas a la montaña. «La leña seca no se puede dejar porque después es peor. La que se podía dejar ya la has dejado y la gente opta por no seguir», comentó ayer el concejal popular y agricultor de profesión, Enrique Montalvá. La alternativa de la trituración apenas empieza a implantarse de forma puntual y algunos agricultores alertan de que la máquina tampoco puede entrar en todas las parcelas. Otros consideran que la acumulación de leña puede resultar tan peligrosa o más que una quema controlada.

El calendario de labores agrícolas suele dejar para los meses de otoño e invierno este tipo de tareas. En el caso de los caquis, una vez los árboles han perdido toda la hoja, es el momento de recogerla y quemarla para evitar la aparición del hongo «Mycosphaerella nawae» en la próxima campaña y también de la poda, aunque al tratarse de ramas sin hojas el problema de retrasar la quema es menor. Por su parte, en las variedades de cítricos ya recolectadas es la época la poda y la quema con la leña todavía tierna es la práctica habitual para eliminar estos restos vegetales. Enrique Montalvá reiteró ayer su queja ante una prohibición indefinida que, según dijo, está generando incertidumbre ya que cualquier propietario de campo que solicita un permiso en el ayuntamiento se encuentra con una negativa. «Este año se ha acabado pronto la cosecha, se está haciendo ahora la poda porque la gente quiere hacer un poco de calidad y que no se pueda quemar en enero es de juzgado de guardia, porque luego llegará el calor y los meses de verano y tampoco se podrá», señaló el edil.

El Ayuntamiento de Alzira ha solicitado a la conselleria que levante parcialmente esta prohibición al entender que no tiene en cuenta las actividades agrarias y la realidad física de cada término municipal ya que, en el caso de la capital de la Ribera Alta, representa la prohibición total de las quemas. El consistorio explica que, ante la falta de alternativas, el sector agrario ya le había hecho llegar su queja por lo que se han realizado gestiones ante la altos cargos de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente con el objetivo de que, en determinadas circunstancias y asumiendo determinadas medidas de seguridad «y de forma gradual», los agricultores puedan gestionar estos residuos sin provocar ningún incendio.

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