También han sido generalizadas las conversaciones ciudadanas en las que han bailado las cifras, tanto por lo que respecta a lo que recibirá el ayuntamiento que albergue en su término municipal el macrovertedero como los puestos de trabajo que se podrían crear por una instalación que moverá niveles volumétricos muy importantes.

Si hace unos meses los niveles más optimistas hablaban de que el consistorio «agraciado» podría ingresar alrededor de dos millones de euros al año (en función de las toneladas de desechos que se enterraran cada día en la instalación), algunos equipos de gobierno barajan ahora que la cifra no pasaría de 300.000 euros. Si en el primero de los casos suponía algo así como tres veces el presupuesto de Antella, Tous o Gavarda, la última cifra se quedaría muy lejos, sin que, sin embargo, deje de ser un «pellizco» interesante para cualquier consistorio, más si cabe en los tiempos que se viven en la actualidad en la que siguen sin haber aportaciones de obras.

También se habla de los puestos de trabajo que se podrían crear, pero de nuevo bailan las cifras en función de si el ayuntamiento es más partidario o menos. Mientras unos opinan que podría ser una fuente de riqueza (tanto para el municipio como para las familias a nivel individual), otros alegan que en el vertedero funcionarían grandes máquinas que a penas precisarían de operarios. Lo cierto es que a día de hoy son datos que se desconocen. Como también la localidad que lo albergará y que está lejos todavía de decidirse. Tras aceptar antes del día 31 de enero (quedan a penas diez días), llegarán los análisis técnicos para evitar incompatibilidades, sobre todo medioambientales. Hasta el momento sólo Tous ha dicho abiertamente que sí lo quiere en su término municipal.