Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La burbuja inmobiliaria consumió un 5 % de la superficie agrícola alcireña

? Un trabajo histórico sobre el regadío constata que en el año 2000 se alcanzó la máxima superficie y que la expansión urbana, industrial y las nuevas carreteras han destruido 4.000 hanegadas en 15 años

La superficie de regadío creció en Alzira de forma constante durante el siglo XX hasta tocar techo en el año 2000 con 6.000 hectáreas, en torno a 72.000 hanegadas en números redondos. Ese año se produjo un punto de inflexión. La expansión industrial, urbanística y de obra pública generó una demanda de suelo agrícola que ha reducido alrededor de un 5 % la superficie cultivada en el término municipal. Los datos los recoge Miguel Frasquet en la obra «El regadío en Alzira. Una revisión desde el pasado», un trabajo divulgativo sobre los sistemas de riego en la ciudad que también se detiene en mostrar la evolución desde diferentes vertientes.

El análisis de la extensión que bien a través de aguas superficiales, la Acequia Real del Júcar y el Canal Júcar-Turia, o de los diferentes pozos o motores se riega en Alzira constata que el «boom» inmobiliario de la pasada década consumió alrededor de 4.000 hanegadas de regadío. El parque empresarial El Pla con 1.276 hanegadas convertidas en suelo industrial -mayoritariamente hoy todavía pendientes de ocupar- y las 508 de Tulell, por lo que respecta al suelo residencial, son algunos de los mayores mordiscos que sufrió la superficie agrícola, aunque no los únicos. Este ingeniero técnico agrícola ya jubilado computa también el terreno perdido con la construcción de la autovía de Guadassuar (CV-50) o de la avenida de la Ribera (399 hanegadas en total).

«La destrucción de suelo agrícola se ha paralizado por la gran crisis económica que todavía estamos sufriendo», argumenta Frasquet, que también enumera entre la actuaciones que han supuesto la reducción de regadíos la ampliación del polígono industrial de la Carretera de Albalat, la urbanización del sector Tisneres también como suelo industrial, el nuevo suelo urbanizable del Racó (291,75 hanegadas) o el sector Hort de Galvañón (399 hanegadas), además del suelo ocupado en la partida de Xixerà y, en menor medida, las de Materna y Massaseli.

El informe elaborado por Frasquet constata que la expansión de la superficie de regadío se empezó a ralentizar en los años ochenta como consecuencia de un descenso en la rentabilidad de los cítricos y la proliferación del «agricultor a tiempo parcial», es decir, personas que ya no tienen en el campo su actividad principal, lo que no impidió que se alcanzara en el año 2000 la superficie máxima producto, en gran medida, de las transformaciones realizadas en la Garrofera gracias al aprovechamiento del Canal Júcar-Turia y de las aguas subterráneas captadas en pozos. Frasquet detalla que, en 2015, la superficie de regadío en la Garrofera de Alzira abarcaba casi 12.000 hanegadas.

El autor de este trabajo sobre el regadío también revela que más de la mitad de la superficie de regadío, en concreto, el 60,32 %, recurre en Alzira a aguas subterráneas o de pozos frente al 40 % que riega bien de la Acequia Real (31,30 %) o del Canal Júcar-Turia (8,38 %). «Mucha gente piensa que, al estar tan cerca del río, Alzira riega del Xúquer, pero no es así, la Acequia Real riega todo el margen izquierdo, pero el derecho, pese a la proximidad, ya no», comenta.

La Acequia Real de Alzira

Con todo, según Frasquet, el objetivo último del libro es dejar constancia para las nuevas generaciones de un sistema de riego, el tradicional o «a manta», que tiene los días contados. «En los últimos años he tenido la oportunidad de fotografiar acequias llenas de agua regando campos de la huerta. El riego 'a manta' es un sistema milenario, de la época de los musulmanes, que previsiblemente desaparecerá en 2020 por la extensión del goteo», explica. Miguel Frasquet aprovecha este objetivo para repasar la historia de la Acequia Real del Júcar, originalmente Acequia Real de Alzira, y cómo llega el agua al término municipal a través del brazal de Alzira, el más antiguo que sale del canal principal en Alberic; la Acequia Vieja de l'Alcúdia, o el Canal d'Orí, que viene por Guadassuar. También recopila otros elementos del sistema hidráulico como la Fesa dels Cavallets que, desde el brazal de Alzira, distribuye el agua a tres acequias secundarias como son las de la Almunia, Toro y Reg Nou.

El último apartado del libro repasa los motores y sus sistemas de funcionamiento, un bloque que concluye rindiendo tributo a José Pau Tormo «Margantoni», el mecánico autodidacta que en 1930 logró poner en funcionamiento toda una ingeniería para abastecer de agua a las tierras más altas del valle de la Murta, antes de secano. «Alzira no ha valorado suficiente la obra de José Pau Tormo que tanto contribuyó en el desarrollo de nuestra agricultura naranjera», subraya el autor.

Compartir el artículo

stats