Joan Fuster no fue un milagro, ninguna «xamba» de la historia, como se le llegó a definir. Así lo defiende Toni Rico, un investigador de Novelda que presentó recientemente la última tesis doctoral sobre el pensador de Sueca, obteniendo la máxima nota, el Excelente Cum Laude, tras una década de trabajo. Al contrario, Rico interpreta que el intelectual ribereño supuso un punto de inflexión clave en la historia no sólo del territorio valenciano sino también para los partidos y las tendencias políticas del resto de territorios de habla catalana.

«La influencia transversal de la propuesta fusteriana nos muestra como, a pesar de que desde 1982 ha sido asociada básicamente a posicionamientos independentistas y de izquierdas, en su inicio ni lo fue ni lo pretendió ser. Porque en 1962 Fuster hizo una propuesta a los valencianos, no al valencianismo. De no ser así no habría tenido la recepción que tuvo en militantes y culturas tan diversas. Nuestro trabajo, en este sentido, abre una nueva línea de interpretación del fusterianismo como movimiento, intentando entenderlo en su totalidad y complejidad, partiendo del contexto histórico de cada momento como marco fundamental para tal comprensión», afirma Rico, quien añade: «El intelectual siempre es un producto de su tiempo y todo aquello que construye lo hace pensando en ese mismo momento histórico. El éxito no se encuentra tanto en la asunción plena de unos planteamientos sino en la capacidad de influencia, de marcar agenda, de proponer elementos que en determinados momentos puedan ser centrales y generar debates».

Es por todo ello que Rico considera a Fuster «una especie de Jean-Paul Sartre de la Ribera». El francés fue un filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literario, exponente del existencialismo y del marxismo humanista.

«La tesis unifica los estudios que ya existían pero no tenían conexión entre sí. Aporta nuevos datos correspondientes a textos epistolares, documentos de archivo de los diferentes partidos políticos estudiados o reinterpreta algunas reflexiones del propio Fuster intentando, mediante su contextualización, entenderlos, huyendo de pasiones y fobias propias de otros tiempos. Creo, además, y con toda la prudencia posible, que se trata de un trabajo que servirá para tener una visión global del debate nacional e identitario que las diferentes culturas políticas de los Països Catalans tuvieron durante los treinta años estudiados. Es, en definitiva, una nueva aportación al debate sobre las identidades en nuestros países partiendo de las propuestas del que, sin ningún tipo de duda, ha sido el intelectual valenciano más importante de las últimas décadas. Porque nunca le podremos estar suficientemente agradecidos», argumenta Rico.

Nuevos estudios para entender a un autor ribereño inacabable.