Los municipios pequeños o medianos siguen la mayoría sin sistemas de reanimación. En Sollana están comprados pero pendientes de distribuirlos, mientras no tienen Albalat, Polinyà o Fortaleny. Riola sí adquirió dos desfibriladores en 2017 y los distribuyó en el polideportivo y el coche de la Policía Local. También tienen en Benicull, mientras en Llaurí han previsto una partida en el presupuesto del presente año. En la Ribera Alta tampoco tienen en Guadassuar, donde el ayuntamiento se informó pero le asesoraron negativamente. En Favara siguen sin activarlos porque primero quieren formar a los trabajadores en su uso. Otros múltiples municipios ribereños no cuentan con los sistemas.