Las malas prácticas de algunas compañías, principalmente energéticas, provocan un malestar continuo en buena parte de la población. Los comerciales llaman a una puerta tras otra y, en determinados casos, enmascaran sus verdaderas intenciones. Algunos ayuntamientos, como el de Villanueva de Castellón y el de l'Alcúdia, han recibido numerosas quejas vecinales al respecto y han denunciado esta actividad por diversos medios.

El consistorio que encabeza Òscar Noguera recordó que la regulación comercial de la Comunitat Valenciana establece que para realizar la práctica de venta domiciliaria se debe depositar una fianza para una posible responsabilidad civil, del mismo modo que los vendedores deben mostrar siempre documentación que acredite la identidad de la empresa. «Normalmente, nadie sigue esta normativa», señaló Noguera. «La gente, sobre todo de edad más avanzada, está muy descontenta. Está claro que hay buenos comerciales que lo hacen de manera correcta, pero eso no siempre ocurre y nuestros vecinos nos lo cuentan», añadió.

«Sobre todo la gente mayor se siendo amenazada o presionada por esta gente cuya única finalidad parece que sea vendernos su producto, sin explicarnos en detalle lo que estamos comprando», explicó el consistorio. En ese sentido, el ayuntamiento insistió en que ningún vecino está obligado a abrir la puerta y que no debe comprometerse a nada si existen cuestiones que se escapan a su comprensión. Asimismo, instó a sus ciudadanos a que soliciten y estudien detenidamente la documentación que facilitan los comerciales antes de firmar cualquier contrato.

Información veraz

La situación es similar en l'Alcúdia, donde cada cierto tiempo se han visto a obligados a difundir mensajes informativos por sus redes sociales por este problema. En éste se recuerda que la venta ambulante está prohibida en la localidad y que cuando un comercial acuda a un domicilio particular, se dé aviso a la Policía Local. Además, la Oficina Verda, que asesora sobre cuestiones energéticas, recibe constantemente quejas sobre estas prácticas.

«Existe una clara indefensión de los consumidores, que se ven asaltados por unos comerciales que utilizan técnicas muy agresivas», explicó ayer el edil Paco Sanz, que prosiguió: «Muchas veces se les pide una factura, se les dice que van a hacer una simple modificación a través de un formulario que luego resulta ser un nuevo contrato. Simplemente pedimos a estas personas que vayan de cara y con información veraz».