A la maniobra de colocación del viaducto sobre el río Xúquer incluido en la variante Cullera-Favara de la N-332 le falta solo un empuje. La complicada operación de ingeniería civil avanza según los plazos previstos y si no existe ningún contratiempo, estará finalizada en unos días. La instalación de los tramos del puente de 216 metros con un peso de 1.800 toneladas y con elementos metálicos de 30 metros de longitud, fabricados en talleres de Madrid y A Coruña y transportados hasta el lugar de montaje mediante vehículos especiales, supone la parte más vistosa de los trabajos. De hecho, ayer ya se podía ver la rapidez y la precisión con la que están actuando las máquinas.

La gran plataforma, para la que se han aplicado las técnicas constructivas más modernas, está siendo instalada en el margen derecho del río Júcar sobre el pedraplén que constituirá el tronco de la autovía. Y una vez montada, se apoyará sobre pilas provisionales situadas sobre plataformas móviles autopropulsadas y coordinadas entre sí telemáticamente, de modo que se avance el conjunto de la estructura hasta su posición definitiva. El cauce del río se cruzará con parte del puente en voladizo por lo que se ha contrapesado en el lado opuesto colocando las prelosas y hormigonando la losa definitiva. El viaducto de 216 metros tiene como principales mediciones 1.369.666,53 kilos; 336,37 metros de péndolas; 2.666 metros cúbicos de hormigón; 293.930,24 kilos de acero para armar; 5.450 metros de pilotes y 864 metros de pretil metálico.

Un diseño tradicional

El nuevo puente es atirantado, similar en su diseño al que se inauguró en 2007 para detener el deterioro del centenario Pont de Ferro, sometido a una densidad de tráfico excesiva para la escasa dimensión de su calzada. Pero esta vez la plataforma que cruzará el Xúquer está más alejada del casco urbano, en mitad de la superficie de arrozales que rodea la ciudad costera, y formará parte del trazado de la antigua N-332, ahora conocida como autovía A-38.

Su establecimiento permitirá enlazar el tramo de Sueca con un nuevo ramal construido junto a Favara, que evitará tanto la actual travesía de la N-332 que cruza el municipio de la Ribera Baixa, sometido a un tráfico infernal, como la peligrosa recta que conecta Cullera y Favara, origen de frecuentes accidentes, muchos de ellos mortales. Según el Ministerio de Fomento, circulan más de 18.000 vehículos por este tramo, de los que un 12,75 % son pesados.

En su totalidad, la variante tiene una longitud de 8.620 metros, diseñada para una velocidad mínima de 100 kilómetros por hora. La autovía está formada por dos calzadas con dos carriles de 3,50 metros cada una y arcenes interiores de 1,50 metros y exteriores de 2,50. En las obras está prevista la reposición de todas las acequias de la zona así como la continuidad de la servidumbre de paso de los caminos interceptados por la traza.

También se llevarán a cabo medidas de protección del suelo, de la fauna, pantallas acústicas, excavaciones arqueológicas, plantaciones e integración paisajística con el objeto de minimizar el impacto medioambiental de una obra con un presupuesto total que asciende a más de 118.000.000 euros y que para esta maniobra que se inició el martes y durará cuatro días se han adjudicado más de 6.000.000 euros.