El fenómeno de la floración empieza a inundar gran parte de los campos de la Ribera. Mientras la campaña de naranjas sigue su curso, hay otras variedades que comienzan a enseñar su flor. Sin embargo, los agricultores temen que las bajas temperaturas que se han pronosticado para estos días den al traste con sus aspiraciones.
Los distintos modelos que manejan los expertos en meteorología advierten de que el frío se podría intensificar este fin de semana con la entrada de una masa de aire gélido. Durante la madrugrada del viernes, los termómetros ya descendieron a niveles de entre -1 y -2,5 grados centígrados según las zonas, tal y como señaló ayer Toni Soler, técnico de la Cooperativa Hortofruticola de Alzira, un hecho que podría haber provocado daños en algunas cosechas, «aunque se trata de casos puntuales», subrayó. «Puede que haya algunas zonas como la partida de Cabañes donde los primeros brotes se hayan visto afectados, pero no ha sido un fenómeno amplio. Hay que esperar algunos días más para ver cómo avanza la climatología y los propios árboles», explicó Soler.
Alcance de la helada
Bernardo Ferrer, vicepresidente de AVA-Asaja también confirmó que la bajada térmica había provocado que en algunos puntos se pudieran observar las primeras puntas negras, pero que el efecto había sido residual. «Ha sido todo un poco precipitado. Se ha notado el frío en el campo, aunque por el momento, las cosechas están aguantando bastante. En cuanto a hortalizas no tenemos constancia de que se hayan echado a perder. Para los frutales como el caqui ha sido muy positivo, mientras que para las variedades de cítricos como las Naves o las Nales, no tanto. De todos modos, para evaluar con precisión el daño causado por el frío, debemos esperar un par de días a que el sol le dé a las flores y entonces se podrá comprobar cuántas están quemadas», apuntó Ferrer.
Los propios labradores y productores llevan toda la semana en alerta por las previsiones meteorológicas de bajas temperaturas. «El tiempo es muy variable. El problema de esta profesión es que siempre estamos con un ojo en el cielo. Esperamos no tener que sufrir una dura helada», sentenció.
