La tradicional Cavalcada del Ninot, un desfile satírico en el que cada comisión elige su tema, se asemeja más en Cullera a la cabalgata de las Fiestas Mayores, o al menos se aproximaría. No obstante, en el Tren Fallero de este año se vieron críticas a los controles de alcoholemia o a Puigdemont, pero lo que prima es el colorido de los trajes y el ambiente festivo. Las comparsas se forman sin seguir consignas. Cada cual es muy libre de escoger su disfraz.

Una vez finalizado el pasacalle, algunas comisiones otorgan premios a los mejores disfraces de su comitiva. Otras se dedican a cenar en los casales para reponer fuerzas porque la noche se alarga hasta altas horas de la madrugada con el baile, que por cierto, llenó los Jardines del Mercado.

Con un cambio de escenario, delante de la Casa de la Enseñanza, se dieron a conocer los «ninots indultats». Ganó la Falla Sant Antoni de la Mar, obra del artista cullerense Eric Martínez, y en infantiles la Falla Passeig Mercat, obra de Xavier Gámez. El mejor «llibret» correspondió a la falla del Canet,Raval de Sant Agustí fue segunda y Taüt, tercera. La mejor portada fue para Raval y el mejor artículo fue para La Bega, obra de Noemí Pérez Cerdá, un premio que fue entregado por el periodista cullerense Vicent Borja.