El mercado inmobiliario cerró el año 2017 en la Ribera con los mejores registros en casi una década ya que hay que remontarse a 2008 para encontrar un ejercicio con un mayor número de operaciones, según la estadística del Ministerio de Fomento. Las 978 transacciones formalizadas en la comarca entre octubre y diciembre elevan a 3.449 las operaciones de compraventa realizadas en todo el año, lo que representa un repunte de casi un 27 % respecto del año anterior y superior al 70 % si se toman como referencia los datos de 2013 en que se marcó el peor registro de la crisis con apenas 2.015 transacciones en los 47 municipios que conforman la Ribera.
Las series trimestrales que publica el ministerio ya apuntaban a lo largo de 2017 una mejoría que se ha confirmado en el último tramo del ejercicio. De hecho, las casi mil transacciones formalizas representan el mejor registro entre octubre y diciembre desde el año 2010. Cabe señalar que el mercado de la vivienda registra unas oscilaciones que siempre señalan el segundo y el cuarto trimestre del año como los de mayor actividad.
Sin apenas obra nueva
La recuperación del mercado, no obstante, no es homogénea ya que es producto básicamente de la compraventa de inmuebles de segunda mano mientras que sigue estancado el sector de la vivienda de nueva construcción. Valga como ejemplo que un 92 % de todas las transacciones formalizadas en el último año corresponden a vivienda usada -3.180 de un total de 3.449 en cifras absolutas- mientras que en el último trimestre el porcentaje de transacciones con pisos y casas de segunda mano es incluso superior al situarse cerca del 93,5 %.
Cullera ejemplifica perfectamente esta tendencia. Se mantiene un trimestre más como la localidad de la Ribera con mayor número de compraventas, consecuencia de su condición de municipio turístico que cuenta con un amplísimo parque de segundas residencias aunque, al mismo tiempo, la práctica totalidad de transacciones tiene por objeto viviendas de segunda mano. La estadística del cuarto trimestre computa 183 operaciones en la ciudad, de las que 180 corresponden a vivienda usada.
El registro con el que Cullera cierra el año cobra especial significación en el progresivo proceso de recuperación del sector ya que para encontrar un trimestre con un número de transacciones más alto hay que retroceder al epicentro del «boom» inmobiliario: el año 2006. El ministerio contabiliza en Cullera en ese año de vorágine urbanística generalizada -aunque la mayor de los PAI que proyectaban macrocomplejos residenciales por toda la Ribera no se han llegado a desarrollar- un total de 880 transacciones y en tres trimestres consecutivos se superó el registro de 183 operaciones con que se cerró el año. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria provocó un brusco parón en el sector que se ha mantenido durante años, como se puede apreciar en el gráfico superior.
Por otra parte, únicamente cuatro pueblos de la comarca -ver cuadro superior por municipios- registraron una parálisis absoluta entre octubre y diciembre al no formalizarse ninguna transacción inmobiliaria en este período, según el registro de transacciones inmobiliarias del Ministerio de Fomento.
