Una vez superado el ecuador de la legislatura, ¿cómo describiría la situación del sector cultural valenciano?
Los indicadores de impacto nos muestran que en estos dos años y medio de legislatura hemos recuperado algunos de los índices que habíamos perdido, tanto de consumo cultural como de prácticas y actividades, así como de empresas del sector. En definitiva, los datos son positivos. Otras evaluaciones nos han aportado datos que son esperanzadores y que van en la línea de los objetivos que se habían marcado en un principio. Unos datos que están en consonancia con el incremento del presupuesto por parte de la Generalitat.
La gestión del Palau de les Arts ha contado con varios problemas en los últimos años. ¿Cómo se pretende restablecer esta institución como núcleo cultural?
Desde el principio planteamos, y lo hemos hecho efectivo hace unos meses, una modificación interna de los estatutos que digan, entre otras cosas, que los políticos no tengan una gestión tan directa en la política del Palau, sino que esté en manos de la lírica, del sector empresarial o la sociedad civil. Aun así, es un cambio difícil porque de los 22 millones del presupuesto del Palau, 17 son de participación pública. Además, buscamos acabar con la estructura piramidal que tenía el Palau en la época del PP, es decir, reestructurar toda la dirección artística para que sea más abierta.
Entre los problemas con la gestión del Palau, las relaciones de puestos de trabajo o Castelló Cultural, ¿ha habido tiempo para sacar adelante algún otro proyecto?
Nosotros llegamos en una situación en que casi el 60% de la política cultural de la Generalitat se desarrollaba a través de fundaciones. Una vez afrontadas las deudas económicas de dichas fundaciones, nos dirigimos a desarrollar los programas más avanzados en los espacios que ya teníamos. Uno de los grandes objetivos de la legislatura ha sido gestionar de forma más transparente alguno de esos espacios, así como la ampliación del IVAM, la independencia del Instituto de Restauración (Ivacor) del Institut Valencià de Cultura u otros proyectos como el desarrollo de actividades culturales más allá de las grandes ciudades.
El Consell aprobó en octubre el anteproyecto de la nueva Ley de Mecenazgo Cultural, Científico y Deportivo: ¿Qué cambio comportará para el sector?
El PP aprobó a finales de 2014 una ley que tenía muchos defectos, ya que no incentivaba el mecenazgo, y nosotros la hemos modificado. La nueva ley incluye aspectos muy novedosos como son el incremento de la desgravación fiscal de aquellos que colaboran con el mecenazgo y la creación, por primera vez, de una oficina de mecenazgo de la Generalitat que pueda acompañar a los colaboradores y diga cuáles son los sectores que tendrían que apoyarse en este tipo de financiación. Es una revolución porque supone una colaboración público-privada y que hará que artistas y creadores encuentren más facilidad para llevar a cabo sus proyectos.
Con estos pasos para fomentar la producción y programación cultural, ¿se ha superado la crisis económica que afectó a ésta?
Cuando accedimos a la Secretaría Autonómica, lo que hicimos fue tratar la cultura como un sector económico más, en el que se innova y tiene valor añadido. Nos marcamos unos objetivos, muchos de los cuales tenían que ver con el presupuesto y la inversión. En 2015 el presupuesto oscilaba en torno a 98 millones y, en estos momentos, estamos en 133 millones, lo que supone un aumento de más del 25 %. En cultura no se gasta, sino que se invierte. Durante los años de crisis económica la inversión de la Generalitat en cultura disminuyó en un 50%, de la misma forma que lo hicieron las subvenciones. Reconducir todo eso es lo que estamos intentando.
Antes de ocupar su actual cargo fue alcalde de Almussafes. ¿Son los ayuntamientos los promotores de la cultura en un ámbito local?
Uno de los proyectos que tenemos es «territorializar» la cultura, es decir, que la inversión cultural de la Generalitat no sea exclusiva de las grandes ciudades, sino que también que llegue a cualquier comarca o pueblo valenciano. Hemos ampliado el circuito cultural a sectores como el audiovisual o musical, de forma que hemos duplicado el número de ayuntamientos que se han acogido al circuito. La cultura tiene que llegar a todos los sitios, por lo que hemos de colaborar con los ayuntamientos. Además, hemos creado las capitales culturales valencianas para que, cada año, un ayuntamiento destine parte de su presupuesto a este sector.
Vd. ha defendido el acceso a la cultura de toda la sociedad. Con este principio se ha impulsado el Programa de Democratización Cultural. ¿En qué consiste?
Son dos cosas muy revolucionarias en el ámbito de la cultura, pretendemos que llegue a todo el mundo independientemente de sus condiciones económicas, sociales o culturales. Este plan se basa en llevar la cultura a los colegios con un proyecto conocido como «La Motxilla Cultural» y uno para los más mayores que recibe el nombre de «La Butaca Solidària», donde se conceden una serie de ventajas económicas en las actividades culturales. La otra es la participación ciudadana, puesta en marcha a través de comisiones donde la sociedad tenga voz.
¿Existe una preferencia por las actividades cultuales de iniciativa privada ante las actividades puestas en marcha por la Administración pública?
Es totalmente compatible y las actividades de carácter privado son necesarias. Nosotros tenemos que cubrir la parte pública e incentivarla. Hay que valorar que venimos de una crisis económica, que supuso la congelación de muchas actividades culturales de carácter público y la organización de otros eventos muy alejados de la realidad y de los presupuestos. Eso ha tenido muchas consecuencias en el ámbito público y el reto de ahora es potenciar un mundo cultural que está muy vivo, no hay que inventar nada porque hay iniciativas muy vanguardistas que nacen de la sociedad civil.
