Vuelve la guerra entre el Ayuntamiento de Algemesí y parte de la plantilla de la Policía Local. La alcaldesa, Marta Trenzano, proclamó ayer que no cederá al «chantaje» de algunos agentes que, según aseguró la primera edil, han aumentado el número de denuncias que imponen a los ciudadanos como represalia a la negativa del consistorio de atender sus exigencias de mejoras laborales, vinculadas eminentemente al salario. Trenzano anunció que va a reunir a la mesa sectorial para explicar a los sindicatos cuáles son las peticiones del cuerpo policial. «Si ahora mismo pidiese un informe a Intervención para evaluar la posibilidad de atender las reclamaciones de la Policía Local sería negativo porque este ayuntamiento no tiene disponibilidad económica», defiende la alcaldesa, que recordó que esta «medida de presión» e «intento de desestabilización» ya se produjo hace ahora once meses, en abril de 2017.

Según Trenzano, se trata de sólo seis o siete policías, mientras el resto hasta los aproximadamente cincuenta que componen el cuerpo «pueden ver legítimas las reclamaciones pero no están dispuestos a pagar en la ciudadanía su rabia. A esta gente le digo que haga huelga y que se juegue su dinero, no que cargue contra el pueblo y haga pagar a los vecinos y vecinas por su interés personal», argumentó la primera edil.

Trenzano se mostró ayer dispuesta a hacer públicos los nombres si se continúa el «chantaje» y a pesar de las críticas de Més Algemesí y el PP (Bermúdez llegó a tildarla de «matona de barrio») dijo: «Espero que no sea necesario pero yo me debo a la ciudadanía y si es necesario lo haré». También quiere hacer pública la relación de denuncias que dichos agentes establecieron en los meses de enero y febrero para compararlo con marzo y así saber si se deben a los intentos de presión para obtener mejoras en su posición laboral.

Aviso a la ciudadanía

Según la alcaldesa, que denunció la situación a través de las redes sociales (creando una gran ola de indignación, también en el cuerpo policial), sus palabras se deben a un ejercicio «transparencia y sinceridad para poner sobreaviso a la ciudadanía para que tengan la máxima precaución en las próximas semanas, ya que donde antes existía cierta permisividad, ahora ya no va a existir. Deben saber que sus denuncias serán fruto de un interés personal de unos policías que quieren cobrar más».

Tras el incidente, Josep Bermúdez atacó a la alcaldesa: «No puede promover un "linchamiento" público, por muy en desacuerdo que se esté con un funcionario». Ella replicó: «No ofende quien quiere, sino quien puede».