n Lourdes Burgos y Aitana Carbó entonaron ayer, por última vez, el «senyor pirotècnic, pot començar la mascletà!». La alcireña Crespo disparó en casa el último espectáculo de fuegos artificiales de este año. Lo hizo fuera de concurso, como vencedora de 2017, pero esa circunstancia apenas se notó y los miles de personas que se concentraron como cada día en la Plaça del Regne disfrutaron y vibraron con la pirotecnia local. Antes de que dieran las 14,00 horas y empezara a arder la pólvora se conoció el veredicto del certamen de este año, que ha coronado a Pirotecnia Alicantina como vencedora.

Grandes y amenazantes nubarrones cubrían el cielo. El viento soplaba con fuerza. Pero estas condiciones climatológicas no frenaron a los vecinos de la ciudad ni a los visitantes de otros lugares, cuyas ganas de fiesta se notaban en el ambiente. De hecho, cuando cesó la música y las falleras mayores de Alzira dieron la orden de disparo, se oyeron algunos murmullos de ilusión y aplausos que ponían de manifesto la emoción del momento.

El viento condicionó la «mascletà», según reconoció Vicente Rodríguez, pirotécnico de Crespo. «Ha sido una mascletà muy rápida e intensa por culpa del aire, no se podía controlar el fuego», explicó tras concluir el espectáculo, que finalizó después de un terremoto a dos bandas. El aplauso fue instantáneo. Poco después llegaron también los momentos más sentimentales. Las lágrimas recorrieron las mejillas de las falleras mayores de algunas comisiones, conscientes de que apenas quedaban unas horas para finalizar las fallas.