n Agentes del Cuerpo Nacional de Policía lograron detener el viernes tras una persecución a pie por los campos y un forcejeo, dada la fuerte resistencia que opusieron con agresiones a los policías incluidas, a dos individuos como presuntos autores de varios robos en viviendas del sector Hort de Galvañón de Alzira. Al parecer, un tercer delincuente consiguió huir.

Los hechos se produjeron poco después del mediodía, a plena luz del día, después de que un testigo viera como tres encapuchados saltaban la valla de un chalé ubicado en la calle Radiofonista Alfonso Rovira de dentro hacia fuera y se dirigían hacia los campos más próximos para esconderse.

La Policía Nacional organizó una batida por la zona y detectó la presencia de tres hombres con ropa oscura que parecían estar haciendo tiempo en el interior de un campo de naranjos. Estos, al detectar la presencia de los agentes, huyeron de forma precipitada y mientras uno se dirigía hacia la urbanización El Racó, los otros dos corrieron hacia el casco urbano de Alzira, volviendo sobre sus pasos anteriores, e ignorando en todo momento las indicaciones de los agentes para que se detuvieran. De nuevo en las inmediaciones de la calle Radiofonista Alfonso Rovira se encontraron con una valla perimetral de un campo que saltaron, cayendo desde un altura de más de dos metros, aunque este imprevisto no frenó su huida, si bien en ese momento se toparon con los agentes que cubrían la huida por esta zona y se separaron.

Dos policías lograron alcanzar a uno de ellos, que trató en todo momento de zafarse, mientras que el segundo delincuente fue alcanzado por otro policía que llegó a reducirle en el suelo, aunque se revolvió de forma violenta contra él llegando a golpearle en los testículos, momento que aprovechó para escapar y seguir su huida hacia la avenida Vicente Vidal. No obstante, a pocos metros de allí fue interceptado de nuevo por las fuerzas de seguridad y reducido, pese a los repetidos intentos de agredir a los agentes, según relataron fuentes consultadas por Levante-EMV.

Uno de los detenidos portaba dos bandoleras con una gran cantidad de joyas sustraídas en, como mínimo, dos viviendas de la zona -no se descarta que pudieran haber entrado en más domicilios- y, entre ellas, una docena de relojes, pulseras, pendientes de todo tipo, gargantillas y sortijas. También se les intervino tablets y teléfonos móviles.

Los agentes que rastrearon el campo en el que se habían escondido en un primer momento los arrestados también encontraron una caja fuerte quemada por dentro y varios instrumentos musicales sustraídos en una de las viviendas. Dos agentes tuvieron que ser atendidos por las heridas sufridas durante esta actuación.

Los detenidos son de origen rumano y la investigación trata de aclarar si también pueden estar detrás de otros robos cometidos recientemente en la zona.