El Ayuntamiento de Algemesí busca darle una solución al problema que supone para la corporación y para la población el parking del Mercat. Este edificio debería facilitar la rotación de los vehículos en el centro de la localidad pero no cumple dicho objetivo. La segunda planta está ocupada por plazas que los residentes de la zona usan de manera habitual y con una ventaja económica considerable. La primera, por su parte, pertenece al ayuntamiento pero no puede usarse para favorecer el flujo del tráfico rodado. Por ello, se barajan varias opciones, que van desde la reducción de la bonificación a los vecinos hasta la inclusión de las plazas municipales en la rotación a través de una recalificación.

Como ocurriera con los presupuestos de este año, el bipartito (PSPV-EU) y Més Algemesí se han subido al mismo barco. Las tres formaciones trabajan de la mano para que la zona de aparcamiento del Mercat se libre del cartel de «cerrado». «El parking tiene la segunda planta llena y la primera casi vacía, pero pese a ello la gente no para de preguntar y de reclamar una solución», explicó ayer la alcaldesa de Algemesí, Marta Trenzano. Con todo, esta se antoja complicada: «Cada una de las plantas tiene una calificación, una es un bien patrimonial mientras que la otra es un bien de dominio público. Además, la ordenanza actual va ligada al contrato que tenemos con la concesionaria, por ello estamos en negociaciones constantes con la empresa», arguyó.

En ese sentido, la opción más viable sería la de modificar la ordenanza que regula las bonificaciones. En la actualidad, los residentes de la zona tienen acceso a una plaza fija del aparcamiento a un precio reducido, concretamente a la mitad. De modo que en vez de pagar los 550 euros que cuesta un abono anual, el ayuntamiento sufraga el 50 %, por lo que el precio mensual supera por poco los veinte euros. Un chollo que, en palabras del portavoz de Més Algemesí, Josep Bermúdez, «ha reventado el mercado de alquiler y hace imposible que haya una rotación de vehículos».

La empresa pide más dinero

Ambos líderes políticos destacaron que este hecho provoca un gran malestar en los comercios de la zona, que ven cómo esas plazas no se ocupan por potenciales clientes. Por ello, el objetivo es reducir a un 20 ó 25 % la bonificación de los residentes. Aunque no se descarta tampoco limitar el número máximo de abonos.

La otra opción, por el momento más compleja de ejecutar, sería la de cambiar la calificación de la planta que es propiedad del ayuntamiento y cuyas plazas no tuvieron éxito en el proceso de venta iniciado tras la construcción del aparcamiento. Este simple hecho supondría contar con unas 50 plazas más para la rotación de vehículos. Para que esto se lleve a cabo, la empresa reclama que el consistorio, que ya le paga cada año una compensación si no alcanza una determinada recaudación, abone al año unos 20.000 euros más para gestionarlas.