La tradición de comprar «monas» de Pascua y consumirlas durante las fiestas no deja de crecer. Los hornos de Alberic están trabajando este año como no se recuerda, con niveles de ventas que superan los registrados el año pasado, cuando ya fueron históricos. Los establecimientos de la localidad ribereña han conseguido una fama que les permite recibir durante estos días a clientes de todos los rincones del territorio valenciano y también a algunos llegados de otras comunidades autónomas. Una auténtica fiebre por comprar uno de los productos más característicos de la Pascua. Según comentaron ayer algunos comerciantes alberiquenses a este periódico, desde el Jueves Santo se han vivido jornadas que se podrían considerar de locura, con clientela durante todo el día. Sin descanso. Son jornadas en las que la tradición de «regolar la mona» después de la comida en familia se impone como una práctica necesaria para sentirse completo.

Los horneros trabajan durante jornadas maratonianas para poder configurar las decenas de miles de «monas» (el panquemado típico con «caramull») que se comercializan estos días. Cada cliente tiene un gusto y muchos son fieles a los hornos de siempre, mientras otros deciden ir probando entre los nueve establecimientos disponibles. Alberic es considerada (y así se hace constar en una de las entradas al municipio) como la Cuna del Panquemado y, para potenciar más aún si cabe dicha capitalidad gastronómica, el ayuntamiento creó hace unos años la «Ruta de la Mona», un circuito urbano por la localidad mediante el cual se pueden visitar los nueve hornos especializados en la creación del selecto producto. Desde el Forn El Campanero puede uno pasear por la principal avenida de la localidad (Ramón y Cajal) hasta encontrarse con el Forn Germans Durá, situado en la calle Sant Antoni a escasos pasos de Forn Miguelín. Cerca de la plaza donde se enclava la casa consistorial se erige el Forn Mínguez, mientras en las callejuelas de ese centro histórico también desarrollan su actividad el Forn de Sant Roc y el Forn de Ximo. Más alejados se encuentran también el Forn Moscardó Salom, el Forn El Salero y el Forn Regina. En conjunto, un colectivo de hornos especializados que ofrecen un suculento paseo del que es prácticamente imposible salir sin degustar el manjar valenciano por excelencia en la Semana Santa y la Pascua. El secreto, según aceptan los horneros, se encuentra en el «caramull». La receta parece sencilla: materias primas, huevo, azúcar, aceite, harina, agua, masa madre y levadura. Se amasa, divide, reposa, volea y al horno. Sin embargo, nadie hace las monas como en Alberic.

Venta por internet

Unas de las últimas novedades ha sido la venta a través de internet. Lo hace (y con cantidades realmente importantes) el Forn Moscardó, que se compromete a que la clientela tenga el panquemado en 24 horas en cualquier lugar de la Península Ibérica o las Islas Baleares. A través de su página web han recibido peticiones de toda España, desde Andalucía a Catalunya, pasando por Galicia o Madrid. El horno asegura que la calidad es la misma que si se comprase la «mona» en tienda y lo cierto es que en 24 horas, con el debido envoltorio, el producto no pierde calidad ni frescura. Las ventas se están produciendo durante todo el año pero son en estas fechas cuando, también a través de internet, se han acelerado.