El número de parados en la Ribera ha vuelto a experimentar un descenso. Tras la reducción de un 2 % en febrero, se suma una nueva en el mes de marzo, concretamente del 1,5 %. Mientras que en aquella ocasión fue la industria la que permitió maquillar el estado de un mercado laboral que depende de la agricultura, el pasado mes fueron el empuje de Cullera y del sector servicios los factores principales de esta disminución. La comarca pasó de 20.579 desempleados a 20.273 en un mes, es decir, 306 menos. De éstos, 149 correspondían a la localidad costera.
Los datos publicados ayer por el Servef dejan entrever, pese al ligero descenso, un cierto estancamiento que se produce de manera habitual en esta época del año. La economía de la comarca depende de las campañas agrícolas, que durante estos meses tienen una actividad menor, por tanto, apenas se registran variaciones significativas. No obstante, es digno de destacar que se encadenan dos meses seguidos en los que el número de demandantes de empleo se ha reducido. Además, los datos anuales indican que hay en dicho mes 2.257 parados menos que en el mismo mes del año 2017, lo que supone una reducción de desempleo anual del 10,02 %.
En lo que a creación de puestos de trabajo se refiere, se registraron 13.243 contratos en marzo 2018, es decir, 2.073 contratos más que en 2017, lo que supone un 18,56 % de incremento interanual. Por géneros, 4.845 fueron a mujeres (36,59%) y 8.398 a hombres (63,41%). Sobre el total, 1.009 contratos fueron indefinidos mientras que 12.234 fueron temporales, lo que significa un 92,38% y la indefinida un 7'62%. Los contratos de marzo fueron, tanto en los temporales como en los indefinidos, un 77,78 % a jornada completa y un 22,22 % a tiempo parcial, según explicó ayer el sindicato UGT.
El secretario intercomarcal de UGT, Raül Roselló, hizo hincapié en la circunstancia que promueve el descenso: «El empleo creado en marzo viene vinculado a las actividades económicas de los sectores de servicios, hostelería y turismo. La afiliación a la Seguridad Social muestra un aumento del empleo, pero el que se crea sigue siendo a través de contratos injustificadamente breves», denunció ayer.
Condiciones a mejorar
A su vez, Roselló subrayó que el crecimiento económico y la recuperación del mercado laboral «no se transforma en calidad del empleo que garantice unas condiciones dignas de trabajo y de vida para la población», ya que la salida de la crisis «no está repercutiendo en el aumento del salario del trabajador ni en su estabilidad laboral». «La bonanza económica de la creación del empleo conlleva beneficios a la empresa que no llega al trabajador, estos beneficios se deben de repartir en forma de salarios y de mejores contratos», apostilló.
La tasa de cobertura «sigue siendo muy baja, un 49,35%, y la extensión del paro de larga duración, lo que hace necesario evaluar y extender, de forma urgente, la protección por desempleo», añadió el sindicato comarcal.
