El Ayuntamiento de Alberic ha incorporado a la vigilancia de parques y jardines a los denominados agentes cívicos, una novedosa figura que vela por el cumplimiento de las ordenanzas municipales mediante un trabajo de concienciación, con la que pretende poner freno a los actos de vandalismo que de forma cíclica provocan daños en el mobiliario urbano. El consistorio ha contratado a dos vigilantes a través un programa de inserción laboral, si bien debido a la buena acogida que ha tenido la iniciativa en las primeras semanas ya baraja la posibilidad de ampliar el servicio que ahora se centra en la Muntanyeta y la Glorieta.

La figura del agente cívico ya existe en algunas ciudades de Andalucía y Catalunya, entre ellas la misma Barcelona, aunque el alcalde de Alberic, Toño Carratalá, dijo no tener constancia de que se haya implantado en municipios de la Comunitat Valenciana. Los agentes cívicos carecen de potestad sancionadora y se limitan a informar o llamar la atención en caso de detectar algún comportamiento inadecuado, aunque están en permanente contacto con la Policía Local de forma que en caso de encontrarse con alguna actitud desafiante -que no se ha dado- o de usuarios de las zonas verdes que ignoren sus indicaciones tienen orden de llamar a la patrulla policial que rápidamente acude en su auxilio.

«Nosotros informamos a la gente de la ordenanza de parques y jardines para que todos respeten el mobiliario urbano y no lo rompan, que realicen un buen uso de los columpios infantiles y que no puedan suponer un riesgo por un uso inadecuado», explicó Josep García, uno de los dos agentes cívicos contratados, que ayer estrenaron el uniforme que les identifica como tales. No obstante, además de evitar el vandalismo en las zonas de juegos infantiles y en los jardines, estos serenos del siglo XXI también tienen entre sus funciones promover comportamientos cívicos que eviten, por ejemplo, que los usuarios ensucien estas áreas de recreo al desprenderse de cualquier residuo sin depositarlo en las papeleras o velar porque los propietarios de mascotas que defecan en la vía pública retiren los excrementos.

Efecto disuasorio

El alcalde de Alberic destacó ayer que la presencia de estos agentes cívicos tiene un efecto disuasorio y que la creación de esta figura representa dar continuidad a la campaña de concienciación que realizó el ayuntamiento en la que se informaba del precio de cada elemento del mobiliario urbano -en la Glorieta aún se conservan algunos de estos carteles- para llamar la atención sobre el coste que las acciones vandálicas tienen para las arcas municipales. Carratalá señaló que el vandalismo es un problema bastante generalizado que no sólo afecta a Alberic donde, según dijo, se ha conseguido reducir. Con todo, la rotura de farolas o la quema de un columpio en la Muntanyeta o los daños que ha sufrido la fuente de la Glorieta están recientes.

«El agente cívico cumple una función de control y, sobre todo, de cercanía y contacto con el ciudadano, que la gente pueda sentirse tranquila cuando está en los parques», incidió Carratalá, mientras destacaba la fuerte inversión que ha realizado el ayuntamiento en la mejora de estos espacios públicos: «No pasa todo por invertir, también se tiene que cuidar y para cumplir el objetivo de hacer un pueblo mejor y más agradable la gente se tiene que concienciar de lo que nos cuesta a todos este mobiliario urbano y contribuir a su conservación», incidió.

Eduardo Pérez, otro de los agentes cívicos, coincidió en destacar la buena acogida que ha tenido el servicio: «Problemas no hemos tenido, la gente está muy contenta y se va dando cuenta de que lo que tenemos en las zonas verdes es de todos y tienen que cuidarlo entre todos».