En las fallas existe la percepción de que todavía se mantienen herencias conservadoras. La realidad es que se trata de una fiesta que lucha cada vez más contra los estereotipos y las actitudes machistas. Lo demuestran los datos. En los años de la posguerra no había ninguna mujer en los principales cargos directivos de las comisiones de Alzira y a día de hoy, la mayoría están presentes en las ejecutivas. «Las fallas son un reflejo puro de la sociedad. Con el tiempo hemos ido ganando terreno, pero lo que hemos conseguido, hace 50 años era impensable. Todavía queda mucho camino por recorrer. Estamos lejos de lograr la paridad. Bajo mi punto de vista, Alzira sigue siendo machista en este ámbito», expresó Maria José Boluda, miembro de la JLF de la capital ribereña, en la mesa redonda «Dones i poder en les falles», organizada por la concejalía de Desarrollo Económico, Trabajo y Proyectos Europeos, y que se encuadra dentro de las II jornadas sobre fallas y creatividad.

La periodista Pepa Gómez, presentadora del programa «Al remat» en Levante TV, explicó que cree que ha habido cambios que han avanzado hacia el empoderamiento de las mujeres en las fiestas del fuego, no obstante, aseguró que las diferencias siguen siendo evidentes. «Hay mucha gente que no tiene la cabeza en el siglo XXI. Y a ese grupo le incomoda estar en democracia cuando no logran controlar lo que sucede. Desde su supuesta supremacía, muchos hombres atacan a las minorías. Buscan hacernos débiles. De hecho, estamos hablando de un mundo en el que nos hemos acostumbrado a escuchar aberraciones que se han normalizado y eso no se puede permitir. En València, para llegar a ser delegada de sector he tenido que hacerme la rubia. Estamos en una época de transición y hay que aprovechar este tipo de actos para reivindicarnos. No hay que tener miedo a tener iniciativa y a optar a cargos con mayor peso. Ahora que estoy dentro del mundo de las fallas, me dan miedo muchas posturas, pero ahí tenemos que estar nosotras para evitarlo, porque los gestos repetidos generan hábitos y si no mostramos nuestra repulsa, todo seguirá igual», afirmó.

Vida familiar y laboral

Carmen Martí, vicepresidenta de la Junta Local Fallera de Alzira, coincidió con la postura de Boluda y realizó un breve repaso histórico de cómo la mujer ha ido entrando con más fuerza en los entornos de gestión. «En 1994 tuvimos la primera presidenta en Alzira y a partir de ahí, nuestra situación ha ido mejorando. Este año, la temática de muchos «llibrets» giraba alrededor de nuestra figura y poco a poco, se ha conseguido acabar con algunos tabúes. Creo que el principal problema de no ver a muchas mujeres en altos cargos se debe a la dificultad de conciliarlo con el mundo familiar y laboral. Siempre se nos ha relacionado con el cuidado de los hijos, pero por suerte, esta tendencia está cambiando», sentenció.