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Fervor con aroma a flores

La tradición de realizar una ofrenda a la patrona en el ermitorio de la Muntanyeta alcireña del Salvador fue instaurada por los huertanos

Fervor con aroma a flores alfonso rovira

n Flores y frutos en mayo. Cada año, al llegar la primavera, cuando los árboles florecen e inundan nuestras calles con el inconfundible perfume a azahar, los ribereños honran a la Madre con lo mejor que tienen, los frutos y las flores. Por ello, ascienden hasta la cumbre de la Muntanyeta del Salvador, lugar donde se asienta el templo mariano dedicado a la Virgen de Lluch, patrona de los alcireños, desde donde se divisa el rico vergel de nuestros huertos.

La fiesta en honor a la Virgen María con esta ofrenda que ya realizaban nuestros antepasados -los labradores de las partidas de Xixerà, Tisneres, Fracà y Vallvert- ha tenido continuidad y ha ido creciendo en participación cada tercer domingo del mes de mayo.

Esta tradicional ofrenda de flores y frutos fue instaurada por los huertanos, que denominaron a la Virgen «Reina de los azahares de la Ribera», subiendo al entonces ermitorio de El Salvador, donde estaba entronizada la imagen de la Virgen de Lluch. Tras la ofrenda dará comienzo la eucaristía.

Del precioso entorno del santuario mariano, Emilio Castelar, presidente de la primera República Española, en una visita a la Muntanyeta manifestaba que aquello era el «Balcón de la Ribera». Joaquín Calvo Sotelo, que vino a pronunciar el pregón de Semana Santa, decía que era el más bello lugar donde se hospedaba la Virgen.

También podemos recordar, de unos pasajes que se desarrollan en la Muntanyeta, la visita de Rafael Brull. Son de la novela «Entre naranjos», que escribió Vicente Blasco Ibáñez, cuya trama principal se desarrolla en la Alzira de 1900. «La visión que tenía del inmenso valle; los naranjales como un oleaje aterciopelado; los grupos de palmeras, como chorros de hojas agitando sus surtidores que quisieran tocar el cielo; blancas alquerías entre macizos de jardinería; las altas chimeneas de las máquinas de riego Alzira, con sus casas apiñadas en la isla. Más allá, Carcaixent, envuelta en el cinturón de sus frondosos huertos de naranjos; por la parte del mar, las montañas angulosas; los pueblos de la Ribera Alta flotando en los lagos de esmeralda de sus huertos». Rafael Brull -el protagonista de la novela- veía por detrás de la ermita, la Ribera Baixa, con su extensión de arrozales. Ricas ciudades, Sueca y Cullera, asomando su blanco caserío. Más allá, la Albufera, el inmenso lago y al fondo el Mediterráneo, el golfo azul.

Javier Andújar, presidente de la Real Cofradía patronal, escribe en el boletín de la misma sobre el por qué ofrecer flores. Manifiesta que «es un signo de gratitud. Las flores son un regalo divino de la naturaleza. Ofrecer un regalo terrenal va más allá de unas palabras y oraciones. Es una expresión de gratitud de un hijo a su madre, según dice Margaret Rose Realy, oblata benedictina. Mayo es el mes de María; es también el de las flores. Por ello, este renacimiento debe despertar en nosotros una devoción real hacia María, nuestra madre espiritual». El presidente agradece a todas las asociaciones y devotos la presencia en multitud para ofrecer lo mejor de nuestra tierra.

Mañana sábado peregrinan a Alzira miembros de la Cofradía de la Santísima Virgen del Remedio, patrona de Utiel. A las 10,30 de la mañana llegarán a la capital de la Ribera Alta, reuniéndose en la avenida Luis Suñer con el archivero municipal, Aureliano Lairón, quien les acompañará en visita guiada a las murallas de la ciudad. De allí pasarán a la parroquia de Santa Catalina, donde les serán mostradas las obras de arte y, en particular, el altar-relicario de los santos patronos de la ciudad, Bernardo, María y Gracia, siguiendo el recorrido por el Archivo y el Museo Municipal.

Visitarán después la plaza Mayor, donde en las cercanías se hallan la Casa de Cultura, -antiguas Escuelas Pías- y el Círculo Alcireño. Continuando con la visita al santuario de la Virgen de Lluch, patrona de la ciudad, donde serán recibidos por el capellán Raúl Furió y Javier Andújar, presidente de la cofradía. Por la tarde, en este mismo santuario, las dos cofradías, la de la Virgen del Remedio y la de la Virgen de Lluch, compartirán un acto mariano y de confraternidad.

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