Alzira piensa en verde. La segunda edición de la Biosfira llenó ayer el Parc de l’Alquenència de propuestas medioambientales y sostenibles con más de 50 expositores que acercaron la ciencia y los productos ecológicos a niños y niñas, jóvenes y familias a través de una jornada festiva con actividades y espectáculos para todas las edades. Uno de los platos estrella fue el taller de cocina macrobiótica con Kike Oliver, además de la elaboración de cosmética natural con aceites esenciales y la «farmaciola» de aromaterapia para verano.

Tampoco faltó la venta de productos, la exposición de artículos relacionados con las energías renovables como un plato de ducha que ahorra hasta un 40 % de la energía necesaria para calentar el agua de la ducha, los ecomateriales, el textil orgánico, el espacio de movilidad con vehículos de cero emisiones, los libros, productos para la higiene y las artesanías. No quiso perderse nadie esta cita del mundo «bio» en uno de los momentos más pujantes y dinámicos de este sector. Un signo inequívoco de progreso y desarrollo que confirmó el éxito de la apuesta del Ayuntamiento de Alzira.

Especial atención tuvieron algunas de las ponencias que se llevaron a cabo en la zona de «Bioponències» relacionadas con la política forestal y la prevención de incendios, 24 horas sin plástico o la mesa redonda sobre el presente y futuro del Xúquer. Asimismo, las asociaciones como Xúquer Viu, Amnistia Internacional, Lacua, Amics de la Murta o el Grup de Debat per la Igualtat de Alzira mostraron sus mejores cartas. «Estamos muy satisfechos. El público ha respondido a nuestra llamada y los expositores están encantados. El impacto que ha tenido ha sido muy positivo. Seguíamos con la misma dinámica que la anterior edición, pero es cierto que la combinación de la fiesta con la transmisión de valores a través de los talleres o las conferencias está resultando muy atractivo. La animación juega un papel muy importante. La Biosfira se ha consolidado como un certamen único», aseguró el el edil de Desarrollo Económico, Trabajo, Proyectos Europeos e IDEA, Ivan Martínez.

Gastronomía

Si hubo un punto que se llevó la palma ese fue el de la restauración y la venta de productos ecológicos. Los visitantes se agolparon sobre las carpas de las hortalizas, frutas, quesos, miel, cervezas y panaderías para degustar hasta el último trozo. Desde tomates y lechugas hasta empanadillas y dulces. «Está funcionando muy bien. Es la primera vez que vengo y estoy encantado con la acogida. Yo me dedico a la agricultura ecológica y cada vez es más la gente que está comprometida con la sostenibilidad. En esta feria, además de vender nuestros productos, también buscamos que valoren la importancia de esta práctica. Puede que sea más caro lo que ofrecemos, pero es mucho más sano y natural. Estoy completamente seguro de que es el mundo futuro. Los seres humanos lo estamos estropeando todo y con acciones como esta, ayudamos a preservar el medio ambiente», explicó Agustín Perales, gerente de Hortalizas Perales.

Ayer continuaron los actos en la Biosfira de Alzira con una ruta en bici, una explicación sobre la aromaterapia aplicada a las emociones, clases de meditación y una exhibición del grupo de Danses d’Alzira junto con la asociación cultural Colla de Tabal i Dolçaina Les Rabosses. La clausura se llevó a cabo con música y bailes.