Una empresa especializada en trabajos en altura protegerá la fachada de la Casa de la Cultura de Alzira y el patio porticado interior de las palomas. La proliferación de estas aves en los últimos meses se ha convertido en una amenaza para un conjunto como las antiguas Escuelas Pías, declarado Bien de Relevancia Local, sin olvidar el riesgo derivado de la acumulación de excrementos que a diario «llueven» sobre paredes, zócalos y el mismo pavimento. El ayuntamiento ha decidido progeter con una tela metálica las decenas de vanos existentes en la fachada para evitar que las palomas se refugien y aniden en ellos.

Se trata del mismo sistema que utilizó en la sede de los antiguos juzgados y el Cefire, en la plaza Casassús. El consistorio lo aplicará ahora en un edificio mucho más emblemático, en el que las palomas han causado daños si cabe más graves al introducirse en el falso techo, según explicó ayer el concejal de Gestión Urbanística, Fernando Pascual. «Tanto estorninos como palomas han anidado en la parte superior de la Casa de la Cultura al colarse por dentro de la talla, especialmente en la zona donde se encuentra la emisora municipal», explicó el edil, mientas detallaba que los trabajos que se van a realizar contemplan una primera fase de limpieza y saneamiento de este falso techo que ha sido colonizado.

La simple observación de la fachada de la Casa de la Cultura durante unos momentos de calma en la calle permite observar numerosas palomas que se asoman desde repisas y ventanas. Su presencia ha dejado de ser sólo una molesta compañía para convertirse en un problema. La gobierno municipal acaba de seleccionar una empresa especializada en trabajos en altura o verticales para instalar una malla metálica tanto en la fachada exterior de las antiguas Escuelas Pías como en el claustro interior ante la imposibilidad de que acceda una grúa o la complejidad de montar un andamio, indicó Fernando Pascual. El coste de los trabajos se ha estimado en torno a 15.000 euros.

Intervención «urgente»

Los técnicos han valorado como «urgente» esta intervención, que se desarrollará en dos fases: una primera de limpieza e instalación de la malla «antiaves» en la fachada, mientras que con posterioridad se protegerán los vanos del claustro y se buscará una salida controlada de las palomas, según la propuesta de intervención.

Los esfuerzos por mantener la limpieza en el entorno de la Casa de la Cultura de Alzira no acaban de borrar esa huella blanquecina que dejan los excrementos de las palomas en el pavimento y el piedra de la fachada, que puede verse afectada por su acción corrosiva. De hecho, algunos estudios técnicos han constatado que estos excrementos, al mezclarse con la lluvia, el aire y diversos contaminantes ambientales, favorecen la presencia de una microflora que produce ácidos que deterioran los materiales.

La instalación de las mallas «antiaves» acaba desplazando a las palomas al tapar los espacios en los que se refugian y anidan por las noches.