Los salones de juego están experimentando un crecimiento inusitado en los últimos años. Un «boom» del negocio, que ha desplegado sus alas aprovechando la leve recuperación de la crisis económica. En l'Alcúdia y Alzira, el Grupo Orenes, una de las empresas de ocio más grandes de España, está cociendo dos locales de grandes dimensiones en los que se podrá apostar, ganar y perder dinero en la ruleta, a través de eventos deportivos, póquer, máquinas tragaperras y demás aficiones vinculadas a los nuevos recreativos del barrio. Pero para poner su primer ladrillo en la comarca, han tenido que lidiar una dura batalla contra el Ayuntamiento de l'Alcúdia, quienes rechazaron en primera instancia el proyecto, debido a la ubicación solicitada por la compañía murciana.

Orenes planteó al consistorio varios puntos hasta en dos ocasiones distintas, pero con un mismo denominador, instalarse dentro del núcleo urbano. Una demanda que incumplía el marco normativo del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la localidad ribereña y a la que el actual equipo de gobierno se opuso. Según explicó el alcalde de l'Alcúdia, Andreu Salom, la decisión de denegar el permiso se basa en que no eran lugares idóneos dada su centralidad. «No reunía las suficientes garantías. Se había proyectado en zonas residenciales y este tipo de locales no pueden estar en espacios con viviendas o colegios próximos. De haber aceptado, podría haber tenido un impacto negativo», aseguró el primer edil.

Asimismo, entre los argumentos que llevaron al ayuntamiento a oponerse, también se tuvo en cuenta la parte social y el bienestar vecinal. «Un salón de juegos tiene un horario que puede alterar el día a día de nuestros habitantes. Más todavía en verano, que suelen alargarlo hasta las 04,00 de la madrugada. Su actividad no es compatible para poder estar en el interior del municipio», afirmó Salom.

Trato hecho

El creciente interés del operador global de juego, les obligó a buscar una alternativa a la que terminó cediendo el consistorio. Hoy, el nuevo salón de juegos de Orenes ya luce en el polígono industrial de l'Alcúdia. «Les emplazamos a encontrar una solución satisfactoria para las dos partes», declaró Andreu Salom. Luz verde a un proyecto que en esta ocasión, sí cumple con el artículo 2.4.6 del PGOU, en el que se recoge que desde un punto de vista urbanístico, se distinguen cuatro clases entre las que se encuentra la de uso recreativo. «Comprende las actividades vinculadas con el ocio, la vida de relación y el tiempo libre como: salas de cine, teatros, discotecas, bares con instalación musical, salas de juego y parques de atracciones, entre otros. Este tipo de uso será incompatible con el uso residencial, excepto los de titularidad pública».

En el caso de Alzira, el alcalde Diego Gómez confirmó que el proceso había transcurrido sin problemas y que la empresa había solicitado desde un primer momento el aterrizar en la capital de la Ribera Alta, en la avenida de la Llibertat, junto a los cines El Punt.