El trayecto de cualquier producto entre su lugar de origen y el consumidor final suele incluir un rosario de intermediarios. Cada paso que da el producto en el ciclo del mercado, significa un aumento de precio para el consumidor sin que el productor original reciba los beneficios.

Para evitar esta circunstancia, las cofradías de Xàbia, Dénia y Calp fundaron hace ya doce años la sociedad AMMA (Alimentos del Mar de la Marina Alta). La idea es tan sencilla como eficaz: que los propios marineros, constituidos en sociedad de productores, se puedan comprar a sí mismos las capturas para revenderlas, sin intermediarios, a restaurantes, exportadores o grandes superficies. Para los pescadores supone la garantía de que el precio no bajará por debajo de los mínimos que ellos mismos marquen. Para los consumidores, que el precio del pescado que compran no se ha disparado por el camino.

La fórmula ha tenido tanto éxito que la cifra anual de negocio de AMMA se sitúa en los 14 millones de euros anuales. De esta manera, el sector no solo ha conseguido capear la crisis, sino que se ha establecido como alternativa a otros sectores en retroceso.

Tal como explica el presidente de la cofradía de pescadores de Xàbia, Moisés Herades, «hace cinco años el producto de la pesca no cubría las necesidades de las familias del sector ni los gastos que genera la actividad; el pescado no tenía valor añadido».

Hoy la fórmula de la «autogestión» ha crecido tanto que AMMA tiene que comprar pescado de otras cofradías de fuera de la Comunitat Valenciana para hacer frente a la demanda que ha generado.

También la flota pesquera de la Marina Alta, después de ver reducido el número de barcos entre los años 2005 y 2008 como resultado de los malos resultados económicos y de los incentivos de la Unión Europea para la «parada definitiva» ha podido estabilizarse.

Pesca y turismo

El siguiente reto de los productores de la Marina Alta es potenciar su actividad como foco de atractivo turístico. Cada vez más se opta por un turismo «de inmersión» o del conocimiento frente al modelo tradicional de sol y playa mucho más pasivo. En este sentido el mundo marinero de la Marina Alta, según explica Moisés Herades, tiene mucho que ofrecer: «hay un cambio de sensibilidad en la sociedad, que vuelve a mirar a la naturaleza y al sector primario. En nuestra comarca no puede haber turismo de calidad sin contar con la pesca».

Así, mientras se busca una fórmula para poder implantar la pesca turística, lonjas como la de Xàbia empiezan a albergar cada vez más eventos turísticos y de carácter cultural. Un buen ejemplo es la colaboración con la ARX (Asociación de Restauradores de Xàbia) y la organización del evento gastronómico anual «Xàbia al plat mariner».