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Àlex Vercher Grau

"Esperemos que la conselleria no adopte represalias contra los centros por denunciar el calor"

El sindicalista hubiera preferido que Fabra abriera el curso en colegios como el de la Font en vez de en Gandia

"Esperemos que la conselleria no adopte represalias contra los centros por denunciar el calor"

Concede esta entrevista tras una semana frenética en la que no sólo ha comenzado el curso escolar, con todo el trabajo que ello conlleva desde su nueva responsabilidad como enlace sindical, sino que además se ha estrenado como interlocutor de las instituciones y los medios de comunicación. Este vallero de facilidad de palabra e ideas muy claras es la nueva cara visible en la comarca del sindicato Stepv, el mayoritario en la enseñanza pública.

¿Qué opinión le merece el adelanto del curso escolar?

Ha tenido unos efectos negativos, como ya advertimos en Stepv. El adelanto de las clases ha precipitado todo, empezando por la incorporación de los docentes. Muchos de ellos son interinos nuevos y necesitan un tiempo mayor, y no solo unos días, para saber a qué centro escolar irán destinados, sus horarios, el material de que disponen, la coordinación con los diferentes equipos del ciclo... Todo ello se ha visto alterado, porque además han tenido que hacer trámites en las respectivas direcciones territoriales y se han producido largas colas. Y la guinda del pastel han sido estas altísimas temperaturas que han repercutido en unas aulas sin climatización, y que el Stepv ha denunciado a la Inspección de Trabajo, porque con una temperatura superior a 27 grados es muy difícil rendir y dar clase.

El excesivo calor ha sido una queja nueva en un inicio de curso. El hecho de denunciar estas condiciones y animar también a los padres a hacerlo, ¿ha sido una «venganza» contra la Conselleria por adelantar el curso?

En absoluto, es velar por el cumplimiento de la normativa de seguridad y salud laboral. Hay alumnos que han dado clases con 34 y 35 grados, y esto por ley está prohibido. Incluso ha habido desvanecimientos y lipotimias. Esperemos que no haya ningún tipo de represalias por denunciar estos hechos. La conselleria debería reflexionar porque el sector turístico también ha protestado y nosotros nos solidarizamos con ellos. Ya afectó mucho el adelanto de los exámenes de septiembre a julio; hay datos que indican que las notas, en general, han sido pésimas.

Este curso no ha habido falta de plazas entre el alumnado.

Sí, pero este argumento es un arma de doble filo, porque la ratio ha aumentado. Es cierto que la demanda se está equilibrando por el descenso de alumnado inmigrante, pero sigue habiendo clases con hasta 36 y 40 alumnos en secundaria, muchos de ellos recién llegados que no conocen la lengua o necesitan una atención especial, y así es muy difícil garantizar la calidad, si no fuera por la buena voluntad y la disposición de los docentes.

Denuncian que sigue habiendo despidos de docentes.

Sí, en la Safor el curso ha empezado con 10 maestros menos de infantil y dos menos en primaria. Recordemos que en Gandia, lamentablemente, la Conselleria se ha atrevido a suprimir un colegio, el CEIP Josep Camarena, una decisión que además ha supuesto el despido de dos compañeros del Roís de Corella.

¿Qué le pareció la visita del presidente Fabra y la consellera Català el jueves pasado, inaugurando el nuevo aulario del CEIP Sant Francesc de Borja, que se puso en marcha hace un año?

Les encanta hacerse la foto y trasladar la sensación de que todo va bien. Yo les habría sugerido que hubieran inaugurado el curso en los colegios de la Font d´en Carròs, en Palmera o en Simat de la Valldigna, que necesitan unos centros nuevos y que el Consell ha olvidado entre los 14 que quiere construir antes de 2015. O en el colegio de Almoines o el instituto de Villalonga, que tuvieron que sacar a los alumnos al patio a la sombra para dar clase por el calor.

Muchos municipios han asumido reparaciones de centros escolares que en realidad le correspondería al Consell.

Sí, es una prueba de que cuando la necesidad se hace tan urgente, alguien tiene que tomar la iniciativa, y en su mayor parte están siendo los ayuntamientos.

¿Los docentes son capaces de dar determinadas materias sin ceñirse tanto al libro de texto?

Por supuesto. Pero a los maestros les gustaría que los libros sirvieran todos los años, sin imposiciones políticas. Recordemos que este curso, por la aplicación de la Lomce, se han tenido que renovar los manuales de 1º, 3º y 5º de primaria. Y que el libro de «Cultura valenciana» habla de «idioma valenciano». Nuestro sistema educativo está demasiado condicionado por los libros, quizá por intereses de las editoriales. Al margen de los libros, muchos docentes son fieles a ese principio de enseñar «de lo concreto a lo abstracto, de lo fácil a lo difícil y de lo cercano a lo lejano». Y tampoco se olvidan de enseñar aspectos de nuestro territorio más cercano, la Safor-Valldigna. Todo ello a pesar de la Lomce, que relega al valenciano, mercantiliza la educación y el PP aprobó de forma unilateral y sin consenso.

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