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opinión

Reestructuración, pago a proveedores y estabilidad

El pasado día 2 de abril, en un pleno maratoniano, el Gobierno de Gandia, con la negativa de la oposición, aprobó la solicitud para adherirnos al fondo de ordenación que nos va a permitir el reestructurar 134 millones de euros de deuda a largo plazo, toda ella heredada de los gobiernos anteriores y en unas condiciones financieras mucho más ventajosas y con un calendario de amortización, que por fín nos va a permitir año a año, el poder garantizar la prestación de todos los servicios básicos y todo ello con el menor de los costes posibles, ya que como hemos dicho en innumerables ocasiones, el plan de ajuste aprobado en ese mismo pleno no recoge ninguna medida que suponga un incremento adicional a los impuestos que hoy están pagando los ciudadanos.

Para el Gobierno del PP siempre ha sido una prioridad el poder reestructurar la deuda. Así lo hemos dicho desde que conocimos la envenenada quiebra a la que nos sumió el Partido Socialista, ya que ante la disyuntiva de pagar esa asfixiante deuda a los bancos, o garantizar las nóminas y la prestación de servicios tan necesarios para Gandia siempre apostamos por esta última, con muchas dificultades, es cierto, con amenazas de la oposición de llevarnos a los tribunales, es cierto, pero con la convicción de que hacíamos lo correcto.

Por eso, no me extraña tanto la actitud de la oposición. Una actitud con una disyuntiva muy distinta a la nuestra, ya que entre decidir tener altura de miras e ir de la mano del Gobierno en algo tan crucial para la ciudad, o posicionarse radicalmente en contra, práctica habitual de esta legislatura, sería la diferencia entre admitir su culpa a menos de dos meses de las elecciones, o cargar las tintas contra el Gobierno, a sabiendas de que con mentiras, demagogia e impregnar el miedo en la ciudadanía les pueda ser más ventajoso en las urnas.

Un recién llegado a las filas del PSOE, afirma taxativamente en su artículo de opinión del pasado domingo titulado: Deuda, Catastrazo e Intervención:, que «sin duda hay solución», para luego añadir, que la

solución para él no puede venir evidentemente de los actuales gestores, pero sí, como no, de aquellos que incapaces de hacer autocrítica, fueros los que acuñaron un déficit anual de 24 millones de euros, dejaron una inestabilidad presupuestaria de un 50 %, pidieron 22,7 millones a corto para pagar a sus amigos, dejaron 63 millones de deuda comercial y, como no, 137 de deuda a largo plazo. Todo un alarde de gestión por lo visto para el señor Salvador Gregori, y que ahora pide que vuelvan con urgencia a gestionar nuevamente la economía de de un Ayuntamiento al que llevaron a la quiebra.

Dios nos libre de gestores tan locuaces y fecundos y espero que en unos pocos meses los ciudadanos sepan distinguir entre los que pretenden que vuelvan los Zapatero y Orengo y compañía, los que se presentan generando expectativas que nunca podrán cumplir, o los que están apostando para que esta ciudad y este país tengan una oportunidad de futuro, pese a que en el camino hayamos tenido que aprobar medidas dolorosas.

Finalizo este artículo diciendo, que con la adhesión de Gandia a este fondo de ordenació, hemos puesto la primera piedra para que en el futuro, gobierne quien gobierne, la ciudad tenga una oportunidad para regresar a la senda de la estabilidad y la solvencia que nunca debimos perder.

Esa premisa, junto a todas las obras, actuaciones y actividades que hemos sido capaces de llevar a cabo en la ciudad y en una época muy complicada, son el aval y la garantía de que el Gobierno del PP cumple. Otros no pueden decir lo mismo.

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