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Parking gratuito, pero caótico

La zona cubierta está cerrada y eso obliga a los usuarios a dejar el coche en cualquier lugar

Parking gratuito, pero caótico

Aunque el nuevo hospital de Gandia está en pleno funcionamiento desde el pasado sábado ayer era la auténtica prueba de fuego. Tras las vacaciones de Pascua, al trasiego de pacientes se sumaba el de muchos trabajadores que regresaban a su puesto tras unos días de asueto y el parking no resistió.

A media mañana el caos era patente. Todo porque la zona cubierta del aparcamiento del nuevo centro sanitario aún no está abierta y la descubierta se desbordó rápidamente.

Eso hizo que muchos usuarios se vieran obligados a dejar sus vehículos fuera del recinto, literalmente, donde pudieron.

Así, como se aprecia en las imágenes, quienes llegaban al centro en sus propios coches aparcaban sobre pasos de cebra, encima de las aceras o casi bajo el esqueleto del edificio auxiliar que debía construirse frente al hospital y que ha quedado a medio hacer.

Incluso, una hilera de coches aparcados invadió por completo uno de los dos carriles de acceso al centro, por lo que la situación era caótica.

Además, desde la Conselleria de Sanidad confirmaron que seguiría así al menos durante unos días puesto que, como reconocieron, el parking subterráneo aún no está acabado, aunque se espera que esté listo «en unos días», según fuentes de la propia administración autonómica, aunque no hay una fecha concreta.

Una vez esté concluido, esta zona, como la exterior, pasarán a manos del Ayuntamiento de Gandia, que será el encargado de hacerse cargo de su mantenimiento, algo que garantiza, como ya publicó en su día Levante-EMV, la gratuidad del mismo.

Aún hay más. La falta de aparcamiento en las proximidades del hospital hace que muchos usuarios se vean obligados a aparcar en el polígono Benieto, en las inmediaciones del Parque Comercial Myo Gandia. Eso obliga a cruzar la avenida de Alacant, por la que circulan centenares de coches que entran a la ciudad por el sur. En ese punto no hay ningún paso de cebra ni semáforo, lo que supone, lógicamente, un auténtico peligro para los usuarios.

La falta de espacio para aparcar no ha sido de lo único que se han quejado los pacientes. El hospital no está cien por cien acabado y los enfermos se mezclan con operarios que aún están trabajando, por ejemplo, en el tejado. Hay habitaciones sin espejo en el baño y, en algunos casos, no hay ni papelera, sino simplemente una bolsa de basura en el suelo. Tampoco hay sofá para el acompañante en todos los cuartos y la cocina de la cafetería aún no funciona.

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