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Fallece el urbanista que quiso aplicar en Gandia el modelo de Benidorm

José Miguel Iribas apostó en su plan estratégico por ensamblar la trama entre la ciudad, el Grau y la playa Su «Gandia del 2025» era el de una ocupación mínima a cambio de edificios muy altos

Fallece el urbanista que quiso aplicar en Gandia el modelo de Benidorm fernando bustamante

El sociólogo y urbanista José Miguel Iribas, de 65 años, falleció ayer en Valencia víctima de una larga enfermedad. Entre sus muchas actuaciones figura parte del diseño de lo que actualmente es la ciudad de Benidorm, construida en vertical para «ahorrar» en ocupación de territorio.

Pero Iribas también mantuvo una estrecha relación con Gandia. Durante el anterior Gobierno local se le encargó un plan estratégico denominado «la Gandia de 2025» que planteó las líneas generales que, a su entender, deberían desarrollarse para un crecimiento moderno y sostenible.

Además de la extraordinaria construcción de una «ciudad olímpica» en las inmediaciones del complejo de la Universitat Politècnica, Iribas apostaba por «compactar» el espacio construido mediante la unión con la trama urbana de la playa y el Grau.

A partir de ahí, su idea consistía en la mínima ocupación del territorio para apostar, si fuese necesario, por edificios mucho más altos que los actuales. Su concepto de ciudad, por ejemplo, era muy diferente a la urbanización de les Foies, que se está desarrollando entre el Grau de Gandia y el cauce del Serpis, que ocupa casi medio millón de metros cuadrados con edificios generalmente de escasa altura.

Respecto al turismo, apostaba por impulsar la construcción de hoteles, hasta diez mil plazas más que en la actualidad.

Nacido en Bergara (Guipúzcoa), dijo que quería que la playa de Gandia fuese «la más vanguardista de Europa», y gran parte de sus ideas sobre Gandia se dieron a conocer en la Feria Internacional de Turismo de Madrid celebrada en enero de 2009.

El encargo de diseñar «la Gandia de 2015» le llegó de Fernando Mut, entonces concejal de Urbanismo, y de José Manuel Orengo, alcalde de la ciudad. Con la victoria del PP y la llegada de Arturo Torró a la alcaldía, sus trabajos fueron desestimados, y el nuevo Gobierno local consideró que aquel diagnóstico había costado demasiado dinero al ayuntamiento.

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