El alcalde de Potries, el nacionalista Juanfer Monzó, ha querido despedir la legislatura y al mismo tiempo su mandato (dado que no opta a la reelección) dejando claras las cuentas municipales.
En la Comisión Especial de Cuentas de ayer puso sobre la mesa la liquidación del presupuesto de 2014, que cerró con superávit y con un remanente de tesorería positivo, según informaron ayer desde el Gobierno local a través de un comunicado.
Además, Monzó señaló que el pasado ejercicio cerró con una ratio de endeudamiento del 103,18 %. Recordó que poco después de asumir la alcaldía, esta se situó en el 144 % debido a que el municipio tuvo que acogerse a los préstamos ICO para pagar facturas atrasadas a proveedores pertenecientes a la anterior legislatura.
«La abultada deuda de la Generalitat Valenciana con el ayuntamiento por diversas subvenciones ascendía a 450.000 euros y eso nos obligó a pedir el préstamo», señalaba Juanfer Monzó.
Pese a las dificultades con las que se encontró al tomar las riendas de este pequeño municipio, Monzó ha logrado, explica en el comunicado, reducir el periodo de pago a proveedores por debajo de los 20 días, «cuando la ley establece 60 como límite máximo», recuerda el alcalde.
Es más, cuando el próximo mes de junio deje la vara de mando, Monzó podrá presumir de haber acabado su mandato en Potries «sin deber nada a los proveedores», algo muy complicado en un consistorio con muchos problemas financieros a lo largo de estos cuatro últimos años.
«Me siento plenamente satisfecho de mi gestión a pesar de haber pasado situaciones muy difíciles fruto de los impagos de otros», señala el munícipe.
«Dejo el ayuntamiento saneado, pagando a los proveedores y con muchos proyectos que quedarán para siempre», apunta.
Peleando con la Generalitat
Juanfer Monzó no tenía sueldo, ni a jornada completa ni parcial, en el Ayuntamiento de Potries, pero ayer explicó que ha dedicado el cien por cien de su tiempo a la gestión. De hecho, gran parte lo ha destinado «a pelar con la Generalitat Valenciana» para que su ayuntamiento cobrara lo que le correspondía de parte de la administración autonómica.
Aunque ha conseguido recibir gran parte del dinero, reconoce que acabará la legislatura «con un impago por parte del Consell de 133.730 euros». «Si hubiéramos cobrada esta ayuda el nivel de endeudamiento sería del 83 %, prácticamente al nivel que estábamos, pero sin deber nada a nadie».
