Cinco operarios del Ayuntamiento de Oliva iniciaron ayer la demolición, a mano, de las instalaciones de la antigua Oficina de Turismo la Playa en cumplimiento de la sentencia judicial dictada a partir de la denuncia que interpuso el dueño de la parcela contigua a ese edificio público.
En realidad, la sentencia «solo» obligaba a demoler una de las paredes de la oficina y a dejar tres metros sin edificar a contar desde el linde de parcelas. Pero los servicios técnicos municipales, y después el Gobierno local, han considerado que eso era peor que demoler todo el edificio y dejar libre el solar, sobre el que se levantará una nueva Oficina de Turismo provisional, probablemente de madera, para dar ese servicio a los visitantes. Se espera que la nueva construcción esté lista para el inicio del verano.
La historia que acabó ayer con la primera fase de la demolición ha sido un largo proceso judicial que todavía hoy sorprende en el ayuntamiento. Entre los años 2007 y 2008 el consistorio llevó a cabo la obra con una inversión que se aproximaba a los 180.000 euros, pero un vecino denunció que ese proyecto no se ajustaba al planeamiento urbanístico de Oliva y que la pared debía situarse al menos a tres metros de su parcela. Los informes técnicos que se redactaron concluían lo contrario y avalaron que el ayuntamiento construyera hasta el límite de su parcela, por lo que la obra siguió.
El proceso judicial acabó dando la razón al ayuntamiento en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Valencia, pero el denunciante recurrió al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, que no solo le dio la razón, sino que, y de ahí la sorpresa, emitió una sentencia inapelable que obligaba a demoler la pared y a dejar los tres metros de retranqueo al linde.
Escritos de protesta
Tras muchos aplazamientos, finalmente sobre las ocho de la mañana de ayer los trabajadores comenzaron a seleccionar los materiales reutilizables de estas instalaciones y el resto era llevado a una camioneta para su desecho. Los trabajos durarán aproximadamente una semana.
Este edificio fue inaugurado en junio de 2009 por la consellera de Turismo, Angélica Such con la presencia del alcalde de la ciudad Salvador Fuster y el concejal de Turismo Pau Pérez, entre otras autoridades.
Vecinos de la zona señalaron que el edificio les tapaba la vista al mar y que sus propiedades habían perdido valor, razón por la que presentaron un escrito con 185 firmas que exigían paralizar las obras, algo que no lograron.
