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Gandia pierde a su duquesa

La duquesa, a través de la fudación, litigó contra el ayuntamiento y a final se acordó pagar 932.862 euros

Gandia pierde a su duquesa

El Ducado de Gandia está en sede vacante. Ángela María Téllez-Girón y Duque de Estrada, la mujer que ostentaba este título nobiliario -uno de los pocos con Grandeza de España- falleció el viernes pasado a los 91 años en Sevilla por una parada cardíaca. Además de duquesa de Gandia, la aristócrata era la XVI duquesa de Osuna, de Plasencia, de Medina de Rioseco, de Arcos, de Uceda, de la Puebla de Montalbán, condesa-duquesa de Benavente, marquesa de Jabalquinto, condesa de Oropesa y de Peñaranda de Bracamonte, y así hasta 21 títulos. Algunos los repartió entre sus cuatro hijas y había concedido otros a sus nietos, pero el de Gandia lo seguía conservando ella.

Se casó en dos ocasiones; la primera en 1946 con Pedro de Solís Beaumont, y tras enviudar, de nuevo en el año 1963 con José María de la Torre y Montalvo.

Tras la revolución liberal y las desamortizaciones los títulos nobiliarios son simbólicos y sin poder fáctico. En el caso de Gandia, desde 1813 los duques perdieron la potestad de designar a los alcaldes, y en 1857 la justicia eximió al ayuntamiento y a sus ciudadanos de seguir pagándoles impuestos y rentas.

Con todo, la noticia de la muerte de Ángela María Téllez-Girón ha pasado prácticamente desapercibida en la capital de la Safor, no sólo porque vivía alejada de esta tierra y se sentía más andaluza, taurina y flamenca que valenciana, sino porque, según relatan historiadores locales, tampoco tuvo la habilidad de generar simpatías entre los gandienses y administrar un ducado honorífico que heredó de su padre en 1952. «La Casa de Osuna no fue generosa con la ciudad y le tenemos que agradecer poco», dice el archivero municipal, Jesús Alonso.

Una herencia de Jaume II

El antiguo Ducado de Gandia lo creó en el siglo XIV el rey Jaume II el Just para su hijo, el infante Pere de Ribagorça. Con los posteriores duques reales, Alfons el Vell y Alfons el Jove, Gandia conoce un periodo de esplendor que no volverá hasta la época de los Borja, a partir de la compra del ducado en 1485 por Roderic de Borja -el futuro Papa Alexandre VI- para su hijo Pere Lluís. Pero la saga borgiana se va extinguiendo en el siglo XVIII, y el título pasa a la Casa de Osuna en 1834, una de las más importantes de España.

Durante el siglo XVIII el Palau Ducal fue víctima del expolio y la decadencia por la ausencia de los duques, algo que se agudizó a finales de siglo XIX con Mariano Téllez-Girón y Beaufort (1814-1882), que dilapidó buena parte de los recursos de la Casa de Osuna.

Las propiedades del Ducado de Gandia, como el Palau Ducal, terrenos del marjal o la dehesa de l'Auir, se fueron vendiendo o subastando, pero en el siglo XX a los duques todavía les quedaba el antiguo hospital de Sant Marc.

Durante el franquismo, la duquesa de Gandia fue agasajada en varias ocasiones por las autoridades municipales. Por otra parte, Ángela María continuaba en el patronato de la«Fundación y Agregación del Hospital de San Marcos». Esta fundación caritativa tiene su origen en una donación de Melcior Centelles de Borja que dejó a su muerte, en 1656, para el funcionamiento del hospital, creado en el siglo XIII. En 2012 fue liquidada en al considerar que ya había cumplido sus objetivos.

Antes de esta fecha, en 1990, se acordó pedirle a la duquesa su aprobación para realizar inversiones y restaurar un edificio que amenazaba ruina. Para ello viajó a Sevilla una comitiva formada por el entonces concejal de Urbanismo, Cebrià Molinero, el arquitecto municipal Fernando Mut, y el abad Alberto Caselles. «Nos dijo que lo estudiaría», explica Molinero, pero la duquesa nunca contestó, así que el ayuntamiento se las ingenió por otras vías para seguir invirtiendo en restaurar el antiguo hospital. Molinero recuerda como anécdota que la duquesa «pensaba que veníamos a pedirle dinero y, señalando un cuadro del duque Mariano Téllez-Girón, dijo que era un antepasado suyo que casi le arruina».

Su última visita a Gandia

La última vez que la duquesa visitó Gandia fue el 22 de octubre de 2007, en el marco de los preparativos del V Centenario del Nacimiento de Sant Francesc de Borja, que se celebró en 2010. La duquesa llegó a Gandia acompañada por una de sus hijas, María Gracia, y por el barón de Alaquàs, Federico Trénor, entre otros. Visitó el ayuntamiento y ante la prensa se deshizo en alabanzas a Gandia: «Ahora es una capital importante, y cada vez que vengo la noto mejor», señaló.

El entonces alcalde, José Manuel Orengo, le ofreció participar en el Any Borja, pero la duquesa tampoco se implicó. Después, Federico Trénor le obsequió con una cena privada en Sant Jeroni a la que asisitieron, entre otros, la duquesa de Franco y su nieto, Luis Alfonso de Borbón.

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