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opinión

primero que nada, dignidad

primero que nada, dignidad

En este proceso, en el que estamos inmersos ahora mismo en Gandia para formar gobierno, hace falta mantener la calma, las formas y la dignidad.

La calma para no hacer caso de los que sacando el odio y el rencor intentan manchar los múltiples soportes de prensa y redes sociales con el fin de que los que legítimamente hemos ganado las elecciones, la perdamos y mordamos el anzuelo de la crispación.

No lo van a conseguir. Da igual digan lo que digan. Los ciudadanos de Gandia están cansados de estas desavenencias, quieren y se merecen disfrutar de un tiempo de calma.

Esto, la Sra. Diana Morant, la que realmente ha perdido las elecciones, no lo va a permitir. Sabe que la única tabla de salvación que le queda es entrar en el gobierno al precio que sea, sabe que muchos de sus militantes están pidiendo que dimita y asuma la derrota. Las formas también debemos mantenerlas por respeto al proceso democrático. Utilizar el insulto y la mentira deberían no tener cobertura por ninguno de los miembros que vamos a constituir la corporación, porque esta puede ser la antesala de una buena o mala legislatura. Arrojar ahora de forma gratuita todo tipo de exabruptos, puede ser pan para hoy, hambre para mañana.

Y dignidad, mucha dignidad para llegar hasta el final de este período de prelegislatura con la cabeza bien alta, sabiendo que podrán quitarnos la vara de mando, podrán, con pactos anti natura, como propone a la desesperada la Sra. Diana Morant, pero nunca nos quitarán el respaldo mayoritario y el cariño y la consideración que nos dieron la mayoría de gandienses.

Reflexionemos si vale la pena derramar toda la hiel infecta sobre el tapete de la mesa de juego, tapete que pronto se apartará para dar paso a la verdadera partida: gobernar Gandia desde la concordia, el dialogo y, por qué no, desde la pluralidad democrática.

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