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Usuarios critican las deficiencias en el acceso peatonal al nuevo hospital

Denuncian que compartan ruta con los ciclistas para llegar al centro a pie, la falta de iluminación en los túneles - El consistorio se comprometió a una mejora general de todo el recorrido, pero no ha completado las obras

Usuarios critican las deficiencias en el acceso peatonal al nuevo hospital

No todo tiene que ser «Urbanet». Los vecinos de Gandia que tengan que desplazarse hasta el nuevo hospital comarcal ubicado en el polígono Sanxo Llop pueden hacerlo dando un paseo de diez minutos, pero son muchos los usuarios de esa ruta, la del carril bici, que no encuentran las condiciones adecuadas para sentirse seguros.

Es el caso concreto del carril bici, que arranca desde el colegio Gregori Mayans, cruza el río Serpis y permite desplazarse hasta los municipios del sur de la comarca. Ahora se ha convertido en una vía que también utilizan muchos usuarios para ir andando hasta el centro sanitario, y las quejas no han tardado en manifestarse.

Este periódico realizó ayer el trayecto que va desde el centro de la ciudad hasta la puerta del hospital por esa misma vía y pudo comprobar el malestar de muchos vecinos.

Lo primero en lo que se fijan es en la falta de luz en los dos oscuros túneles por los que hay que cruzar. Son los que pasan por debajo de la carretera de la Vital. De día hay menos problemas, como señalaba un hombre que, a mediodía, regresaba del hospital: «Yo de noche nunca pasaría por aquí».

A pesar de que el Gobierno local de Gandia anunció que iluminaría el túnel para facilitar la conexión peatonal entre la ciudad y el nuevo edificio, eso aún no se ha cumplido.

Este vecino explicaba que él siempre utiliza esa ruta porque está cerca de su casa. «En diez minutos llego», señalaba. Pese a ello, dijo que si tuviera que realizar el mismo camino una vez se está escondiendo el sol se decantaría por la otra ruta peatonal, que consiste en cruzar la avenida de Alacant (entrada sur a la ciudad), donde el ayuntamiento, a diferencia de la iluminación de los túneles, sí ha cumplido y ha instalado un semáforo para reducir el riesgo de atropellos.

Otra joven, Celia, explicaba mientras desenganchaba una bicicleta de la base ubicada junto al edificio sanitario que ella no tiene miedo de ir por ahí «porque he trabajado de vigilante de seguridad y estoy acostumbrada».

No puede decir lo mismo de algunos conocidos suyos. Narró que una amiga que trabajaba como cuidadora de enfermos en el nuevo hospital prefirió pedir un taxi y pagar la tarifa para llegar a la ciudad antes que cruzar el carril bici de noche por miedo a atravesar los túneles sin compañía. «No se atrevió a hacerlo ni con la bicicleta», apuntó.

«Es normal que la gente tenga miedo, yo lo entiendo perfectamente porque lo cierto es que el carril no se ha adecuado por parte de las autoridades para el uso de los peatones», señalaba la chica, quien incluso confiesa que el hecho de que se hagan públicas las quejas de los usuarios «sirva para algo».

Sus críticas van más allá y no solo se centran en la ausencia de iluminación. Señala que el pavimento del carril bici está «lleno de bultos», indicó, algo muy molesto para personas que, como ella, se desplazan habitualmente en dos ruedas hasta esta zona del polígono de Sanxo Llop.

Rafael Bernabé coincide con el resto de usuarios en las críticas a que los peatones y los ciclistas compartan la misma vía. Como conocedor del recorrido, lanza una idea. «Creo que tendrían que habilitar un espacio solo para el peatón, para que no entorpezcan el paso de los ciclistas o se generen situaciones de peligro».

De hecho, durante el recorrido realizado ayer una bicicleta pasó a toda velocidad y a escasos metros por los túneles que también usan viandantes. Como denuncian los usuarios, en un momento del día con menos luz natural una situación como esa podría convertirse en peligrosa.

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