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Los «bosques» que impiden ver los ríos

La maleza llena casi todos los cauces de la Safor, haciéndolos inaccesibles Un proyecto intenta recuperar el Serpis desde Gandia a Villalonga

Los ríos de la Safor, abandonados y sin que se hayan realizado labores de mantenimiento en gran parte de sus cursos, se han convertido en espacios inaccesibles para la mayoría de los ciudadanos. Y eso pese a ser espacios naturales de gran valor que, cuando han estado limpios, han dado valor a los municipios que atraviesan.

Especialmente visible resulta este abandono en cauces como el Serpis o el Vernissa, que discurren junto a varios cascos urbanos. Si bien hace años era posible disfrutar de su paisaje, hoy el «bosque» en que se ha convertido su ribera no lo permiten. La vegetación predominante son los extensos cañaverales que lo cubren casi todo. Además de presentar un riesgo en caso de lluvias, por el arrastre de toda esa maleza, en su interior ya proliferan los escondites donde se esconde fauna impropia de áreas urbanas, como los jabalís que allí encuentran protección de día para causar daños en áreas agrícolas durante la noche.

Precisamente con el objetivo de recuperar los grandes espacios naturales que forman los ríos la Escola de la Terra del Centro de Desarrollo Rural la Safor de Beniarjó ha creado una comisión que va a intentar redactar un proyeco que ponga fin a la degradación de los cauces fluviales. En la tarde de ayer tuvo lugar la segunda reunión, en la que están representados entidades sociales de Bellreguard, Villalonga, Almoines, Potries, Beniarjó y Ador.

El objetivo de esta iniciativa consiste en abrir un debate sobre la gestión de los cauces de ríos que en los últimos años han quedado más abandonados que nunca mediante la retirada de las grandes masas de vegetación invasiva, como las cañas, y recuperar los antiguos bosques de ribera, con árboles, que viven en ambientes húmedos como los sauces y los chopos. Paralelamente se intentaría crear áreas de paseo que, en tiempos de bajo caudal, permita incluso ir de uno a otro municipio.

Áreas así ya se han llevado a cabo en la comarca. El Ayuntamiento de Villalonga limpió hace años el espacio del Serpis donde se encuentra el Pas de la Guàrdia y desde entonces presenta una imagen que atrae a muchos vecinos, que incluso llegan a bañarse aprovechando el caudal regular que en este tramo brinda el pantano de Beniarrés.

De prosperar este proyecto, sería necesaria la autorización de la Confederación Hidrográfica del Júcar, competente en la gestión de cauces, y de la Generalitat, dado que el Serpis está dentro del catálogo de los paisajes protegidos.

Los impulsores de esta idea quieren implicar a los ayuntamientos y otras administraciones. Como primer paso, se ha decidido que se presentará un proyecto de recuperación del río Serpis al Ministerio de Medio Ambiente.

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