La Demarcación de Costas de Valencia ha ordenado la retirada de las pérgolas que algunas de las empresas que gestionan los chiringuitos de la playa de Gandia habían instalado este verano con el objetivo de crear zonas de sombra para sus clientes.
Estos elementos han sido instalados, en su mayoría, en los frontales de las casetas pero también en la arena. Eso sí, siempre dentro del perímetro de 1.500 metros cuadrados autorizado por Costas para cada uno de ellos .
El ente dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, considera que estas pérgolas están fuera de lo permitido porque en el pliego de condiciones para la concesión de los mismos «no se describe ningún tipo de obras o instalaciones en forma de pérgolas fijas o desmontables pra la formación de áreas de sombra», según un informe firmado por el jefe de la demarcación, Vicente Ibarra. Eso significa, por tanto, que no están autorizados.
Las empresas pretenden, con estas pérgolas de tela o madera, sustituir a las sombrillas, al considerar que estas son insuficientes para dar un servicio adecuado a sus clientes. Sin embargo, en otro escrito remitido al consistorio el pasado 6 de agosto, el ente estatal deja claro que «solo se permitirá el uso de sombrillas de unos tres metros de diámetro».
En el mismo escrito, avisa, además, de que el próximo lunes, pasado mañana, inspectores de la demarcación se personarán en la Playa de Gandia para comprobar que se cumple con lo estipulado.
Críticas del PP
Al conocer esta situación, el Partido Popular de Gandia, acusó al actual gobierno local de la ciudad, del PSPV y Més Gandia, de «someterse» a la decisión de Costas. El portavoz adjunto del grupo popular, Vicent Gregori, recordó que en la etapa anterior, el gobierno «pleiteó» con el Estado para que permitiera la instalación de elementos ornamentales que superaban las condiciones estipulados en la licencia otorgada al Ayuntamiento para conceder los chiringuitos.
Una actitud que, dijo Gregori, «contrasta con la inacción del actual gobierno de izquierdas, que se ha limitado a acatar, una vez más, lo que dictan desde Valencia y Madrid pese a que, en plena temporada turística, produzca cuantiosas pérdidas a las empresas que han decidido apostar por Gandia».
Gregori tachó de «hostil» la actitud de Costas hacia Gandia y recordó que «nosotros logramos que nos dieran mayor libertad como a otras ciudades».
