No ha habido indulto. El Ayuntamiento de Gandia ha decretado que ni la discoteca Falkata ni el Wonderwall, los dos macrocomplejos de ocio ubicados en la playa de Gandia, podrán seguir celebrando grandes espectáculos musicales en las terrazas de sus establecimientos, al menos en lo que resta de este verano y hasta que solventen las supuestas irregularidades por las que se ejecuta esta medida.
La decisión fue plasmada el pasado viernes en dos decretos que firma el coordinador general de Urbanismo y Vivienda, Vicent Mascarell, a los que ha tenido acceso este periódico.
La medida tendrá efecto a 31 de agosto, una fecha a partir de la cual, dicho sea de paso, la actividad se reduce considerablemente por el final de la campaña de verano. Según reza el escrito, ese día se procederá al precintado de los equipos sonoros, a partir de las 8 de la mañana. Podrán ser los servicios de inspección del departamento de Urbanismo o la Policía Local quienes ejecuten la orden, si es que no lo hacen las empresas.
Estas disponen ahora del plazo de un mes para presentar recursos de reposición contra la medida del consistorio, si es que así lo consideran oportuno.
Este decreto resuelve el expediente iniciado el pasado 20 de julio, cuando la Junta de Gobierno local de Gandia suspendió la declaración responsable que los dos recintos habían presentado para solicitar permisos especiales con los que celebrar conciertos y espectáculos de gran formato y, sobre todo, muchos decibelios.
A los dos recintos se les había dado la posibilidad de alegar. Wonderwall, gestionado por la mercantil Music Resort SL, sí que lo hizo. En su recurso exponía una serie de cuestiones por las que consideraban que la suspensión debía quedar nula. Entre estos destacaban el hecho de que la resolución de la Generalitat en la que también decreta el cierre de la actividad musical no es firme, la falta de motivación del ayuntamiento para anular la DR o que el consistorio «confunde» la ambientación musical «con la celebración de conciertos y discotecas». Falkata, por su parte, decidió no alegar y dejar seguir el curso del procedimiento.
A pesar de que pueda parecer lo contrario, no ha sido el ruido el que ha hecho que el ayuntamiento tome la determinación de clausurar la actividad musical de estos dos gigantes de la fiesta en la comarca, sino infracciones urbanísticas. En los dos casos se considera que pueden ser de carácter «grave», según se recoge en cada uno de los informes que preceden a la resolución del decreto.
Cabe recordar, sin embargo, que el Ayuntamiento de Gandia ya abrió este mismo verano un expediente contra Falkata por sobrepasar el nivel permitido de decibelios en una fiesta para la que no tenía permiso.
Resolución de la Generalitat
En el caso de Wonderwall, el Ayuntamiento se acoge a la resolución de la Generalitat Valencia, que, como ya publicó a principios del mes de julio este periódico, decretó el cese de su actividad musical al considerar que la terraza, espacio en el que se celebran las fiestas, necesita de una Declaración de Interés Comunitario (DIC), de la que no dispone. Significa que los usos permitidos en ese suelo urbanizable son distintos a los que está desarrollando la empresa Music Resort.
Queda intacta, eso sí, la licencia de hotel de la que sí dispone el Wonderwall, por lo que, en principio, si bien no puede organizar grandes eventos hasta altas horas de la madrugada, sí que se le permitiría la ambientación musical como en el caso de los hoteles del casco urbano de la playa.
Por lo que respecta a Falkata, el ayuntamiento considerar que es la Generalitat la que tiene la competencia para dirimir el uso del tipo de suelo urbanizable no programado en el que la empresa celebra este tipo de fiestas. La parcela se encuentra en el llamado Sector de Equipamientos Privados de la playa, un PAI que se aprobó por parte del Ayuntamiento de Gandia en el año 2013.
