Hace ahora justamente un año, y en las páginas de este periódico, me estrené como Secretario de Economía y Empresa del PSPV-PSOE con un artículo con el mismo nombre que encabeza el actual. Si en aquel momento sólo se podía intuir el destrozo que estaba causando a las finanzas municipales la actitud enloquecida del mayor irresponsable que ha gobernado esta ciudad (dejemos ahí el calificativo a Torró), ahora, desde el gobierno, ya se pueden realizar las valoraciones oportunas contrastadas con la realidad implacable de las cifras.

1.- Endeudamiento. Se puede afirmar con absoluta certeza que en la historia de Gandia ninguna corporación ha endeudado tanto a nuestra ciudad en una legislatura como el anterior gobierno del PP. Esta afirmación tan taxativa está avalada por los datos de la intervención municipal y sustentada tanto por el incremento del endeudamiento bancario como por la desbocada deuda comercial existente. El desatino económico es de tal magnitud que, consolidando las cifras de IPG y ayuntamiento, sólo con las facturas impagadas, el pufo dejado por los populares es cercano a los 80 millones de euros, y subiendo, a pesar de los famosos contadores a cero de Barber de 2012 y 2013 respectivamente acordados con el Ministerio de Hacienda.

2.- Déficits crónicos. El incremento de deuda comercial y bancaria de la legislatura anterior es el resultado de los déficits crónicos que durante los cuatro años no sólo no se han sabido corregir sino que han empeorado. Para hacernos una idea, dos indicadores obtenidos de la liquidación del presupuesto de 2014: a) el remanente líquido de tesorería arrojaba un balance negativo de 31 millones de euros; b) el déficit no financiero de Gandia (sin contar ingresos y gastos financieros) publicado hace escasos días por el propio Ministerio de Hacienda nos concede el dudoso honor de colocarnos en el cuarto lugar de los más incumplidores, entre los más de 8.000 municipios de toda España, únicamente superados por Jaén, León y Parla. Y el más incumplidor de la Comunitat Valenciana.

3.- Economía productiva falaz. Como consecuencia de los desequilibrios presupuestarios la tensión de tesorería es ineludible: cuando se gasta más de lo que se ingresa, alguien te tiene que financiar. Si los bancos ya no lo hacen serán tus proveedores los que lo hagan, soportando el retraso de los pagos. Tomando como referencia todas las facturas pendientes, el periodo medio de pago a proveedores en el mes de junio fue de ¡395 días!, 13 veces el periodo legal. Las declaraciones de Torró afirmando que ellos invertían en «economía productiva» son una burla a todas aquellas PYMES que han tenido que hacer frente a las obligaciones con sus proveedores y a la vez satisfacer sus compromisos fiscales (IVA, IRPF y SS) sin cobrar ni un miserable euro del ayuntamiento. Sostiene Torró que el nuevo paradigma para la dinamización económica consiste en gastar y no pagar. Curiosa visión de la economía que nos permite comprender que el estilo de gestión de sus empresas ha sido trasladado al Ayuntamiento y con idéntico resultado: la insolvencia, el fracaso.

4.- Plan de ajuste e impuestos. Ante esta situación, y dado que un ayuntamiento no puede desaparecer, el Ministerio de Hacienda ha exigido en reiteradas ocasiones un plan económico-financiero realista y sensato que permita la viabilidad de la corporación gandiense. Sea por incapacidad o impopularidad ante la cercanía de las elecciones municipales, el anterior ejecutivo llegó a presentar tres planes que fueron totalmente rechazados por el Ministerio (controlado por su propio partido, el PP). Ha tenido que ser el nuevo gobierno quien, apoyándose en los técnicos municipales, ha resuelto el problema con la presentación de un nuevo plan que incluye tanto un aumento de ingresos vía impuestos como una fuerte disminución del gasto. Se podrá objetar lo que se quiera pero: a) el resultado es un horizonte de esperanza financiera para Gandia, tanto a corto como a largo plazo; b) el seguimiento escrupuloso del mismo va a permitir que en poco tiempo se pueda aliviar y revertir la situación y constatar que ha servido para algo. Por otro lado, habría que recordar que los populares aumentaron el IBI un 21% en la anterior legislatura y no sirvió para nada, entre otras cosas porque no les importó malgastar cada euro que pagaron los gandienses. Así que cuando se hable de impuestazo desde las filas del PP, sería de agradecer que se reflexione antes de abrir la boca, porque este gobierno subirá los impuestos, sí, pero se gastará cada euro en mejorar la vida de los gandienses, y lo demostrará publicando todas y cada una de las facturas.

5.- El apocalipsis según Torró. Los vaticinios sobre las plagas bíblicas que iban a sucederse en nuestra ciudad «gobernada por radicales de izquierda» (sic) han sido la última bufonada de una persona que ha perdido el oremus hace mucho tiempo. Ni los datos de ocupación hotelera publicados por el INE y por una patronal tan seria como HOSBEC, ni el nivel de ocupación de los apartamentos de alquiler, ni las cifras de paro y afiliación a la SS respaldan las premoniciones apocalípticas del anterior alcalde. Debe ser muy duro que nadie te haga caso, esfumarse la corte de aduladores que te seguían a todos los lados, no sentirse el centro mediático en entrevistas de televisión pactadas y adocenadas, o no verse periódicamente retratado en el «papel couché» de su revista de cabecera pagada generosamente por el erario público.

La legislatura anterior se inició con la quimera del coste cero y ha concluido con el colapso financiero de las cuentas municipales tal como predije hace un año. Si a ello añadimos que el PP dejó mucha más deuda que la que heredó, el paro no disminuyó y la presión fiscal aumentó, el balance económico de sus cuatro años de gobierno es lamentable. Articular la labor de oposición con hipócritas alusiones sobre cuestiones religiosas, incendiar los ánimos con guerras de banderas y otros signos identitarios o enardecer a segmentos sensibles de la población exigiendo la continuidad de servicios inasumibles dada la situación de las arcas municipales que ellos mismos dejaron, muestran claramente que un tumor llamado Torró es ya una metástasis en la estructura orgánica del actual PP. Afortunadamente, hay otras personas y otras sensibilidades dentro de esa formación política que pueden hacerla virar. Es deseable que el cambio se materialice por el bien del propio partido y por la aportación al futuro de la nuestra ciudad. Esperamos movimientos.