El comienzo del nuevo curso político va estar marcado por la celebración de las elecciones generales. El cuatrienio negro que se va a cerrar ha supuesto para los trabajadores de nuestro país un cambio sustancial en el marco de las relaciones laborales marcado por el autoritarismo, así como por la creación de un mercado de trabajo más precario, al estilo 'made in USA'. Trabajos a tiempo parcial (por días, por horas), la Europa social que se nos había prometido se ha convertido en un infierno para los asalariados y, nuestro país, España, se ha convertido en un referente de la 'generación de empleo', basado en salarios bajos y en condiciones de explotación que nos quieran asemejar a la China Popular.

Este modelo que se nos vende como el artífice de una cierta recuperación económica es, en realidad, una falsedad que nos recuerda a las 'aldeas Potenkim': Aquellos pueblos que, en la Rusia Zarista, eran enseñados como construcciones auténticas pero que, en realidad, estaban hechos de cartón piedra para ocultar la miseria de las aldeas y de sus pobladores.

El mercado de trabajo que nos ha dejado el actual Gobierno no ha generado empleo estable ni establecido salarios dignos y, por contra, ha aumentado la precariedad laboral, la economía sumergida y la exclusión social.

Los trabajadores, en España y en nuestra Comunitat Valenciana, necesitan respuestas adaptadas a la realidad y en sintonía con las necesidades que tiene nuestra clase.

La demagogia, el populismo, los golpes de efecto y las fugas hacia delante rompiendo los marcos de nuestra convivencia, no son la respuesta.

Los trabajadores debemos exigir que se recupere el verdadero sentido del Estado del Bienestar: La recuperación del dialogo social. La derogación de la reforma laboral. La eliminación de la ley mordaza que pretende limitar el derecho a la huelga y criminalizar al sindicalismo de clase. La lucha contra la economía sumergida y el fraude fiscal.

Estas medidas deberían ser parte fundamental de la acción del nuevo Gobierno. Durante estos meses que vienen los trabajadores vamos a escuchar multitud de mensajes pero deberíamos recordar que -como decía Victor Manuel en el 'Canto a Manuel Llaneza' (fundador del sindicato minero asturiano de la UGT)-, «a nosotros nos sobran cantos extraños».

Sería deseable que los cantos de algunos no se conviertan en políticas que vayan contra los trabajadores, ni en quimeras que frustren la solución a los muchos problemas que tiene nuestra clase.