Los 31 municipios de la Safor tienen apenas tres meses y medio para redactar, licitar y adjudicar los proyectos de «inversiones sostenibles» que podrán ser financiados con los 6,6 millones de euros que destinará la Diputación de Valencia.
Ese corto periodo de tiempo obligará a algunos de los alcaldes a tener que dar prisa a sus técnicos para poder aprobar las actuaciones que deseen financiar y, posteriormente, acelerar la maquinaria administrativa para poder cumplir con el plazo fijado por la corporación provincial que preside Jorge Rodríguez.
Pese a eso, esta línea de ayuda económica a los ayuntamientos ha caído bien a los alcaldes, que podrán disponer, en el inicio de la legislatura, de un balón de oxígeno para poder llevar a cabo proyectos de obra pese a la delicada situación de la mayoría de los consistorios.
En esta ocasión son dos las novedades que ha aplicado el nuevo Gobierno de PSPV y Compromís que está al frente de la diputación. Por una parte, se ha beneficiado a municipios grandes, como Gandia, Oliva y Tavernes de la Valldigna, que van a percibir una suma de dinero que difícilmente le llegaba en ejercicios anteriores. La capital de la Safor dispone de 2,7 millones, Oliva casi un millón, y Tavernes de la Valldigna se aproxima a los 650.000 euros. Satisfacción también en los pueblos más pequeños, como Castellonet de la Conquesta, Alfauir, Almiserà o Guardamar, al ver incrementada la aportación a un mínimo de 50.000 euros.
Por contra, no son pocos los alcaldes de municipios de tamaño medio, especialmente los que tienen entre mil quinientos y dos mil habitantes, que no ocultan un cierto malestar porque consideran que son los más perjudicados en el reparto de recursos económicos. El «premio» de entregar un mínimo de 50.000 euros a cada pueblo, por pequeño que sea, unido a la gran cantidad de dinero que les corresponde a los que tienen gran número de población, tiene su contrapartida en localidades que han visto reducida su ayuda.
En esta primera gran partida económica de la nueva legislatura de la diputación se financiarán actuaciones que se consideren «sostenibles». Nada, por lo tanto, de grandes proyectos más o menos faraónicos que después obligan a los municipios a gastar dinero en su mantenimiento.
Energía, industria, infraestructuras básicas de agua, basura, medio ambiente, alcantarillado, parques y jardines, caminos rurales, o promoción, mantenimiento y desarrollo del transporte, entre otros, entran en este plan extraordinario de inversiones.
