En un artículo anterior mi compañero, Maximiliano Doncel hablaba sobre un modelo turístico comarcal, donde todas las poblaciones de nuestra comarca vayan a una y consoliden un modelo turístico para todo el año.

Y es que nuestra comarca, Safor-Valldigna, se encuentra en una ubicación privilegiada, con un clima muy benigno que permite al visitante disfrutar de nuestro entorno hasta en invierno.

Así pues encontramos un entorno bucólico, entre el mar y la montaña, jalonado de campos de naranjos que a la floración nos dejan ese hermoso perfume a azahar. Pero además de un entorno bucólico, tenemos una rica gastronomía, una excitante historia que se remonta hasta la misma Roma y unos enclaves de alto valor paisajístico.

En cuanto a la gastronomía, apostamos por la consolidación de ferias gastronómicas con base en los productos típicos de nuestro entorno, por ejemplo: el «arròs al forn» de Tavernes de la Valldigna; el «pebre farcit» de Oliva; «figatells» de Bellreguard; «coques de dacsa» de Rótova; «bunyols de carabassa» de Potries, entre otros.

Como se puede constatar nuestra gastronomía comarcal es sumamente rica, y es un bien inmaterial que hemos de poner en valor a fin de convertirlo en atractivo turístico, y marca comercial; de igual modo que las ensaimadas de Mallorca o los plátanos de canarias.

En cuanto a la historia; destacar que en enero del año 1097 se libró la batalla de Bairén, que lleva el nombre del castillo donde se libró, siendo esta crónica del S.XI la primera mención de este castillo. En dicha batalla participó un caballero castellano de nombre Rodrigo. Sí, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, luchó en estas tierras.

Pero mucho antes que el Cid, Roma ya había tomado posiciones en nuestra comarca; de este modo encontramos el horno romano de Oliva; las «terricerías de la Cartozena» de Potries; además el 30 % de municipios de la Safor-Valldigna se cree que podría haber sido un asentamiento romano. Y es que no hemos inventado nada nuevo, la N-340 discurre por la antigua Via Augusta que unía la provincia Bética con la Galia, pasando por la Tarraconense.

Es de destacar que Rafalcaïd era, posiblemente, la mayor villa romana de la Safor-Valldigna; junto a esta discurría un ramal de la Vía Augusta, denominada Via Dianium. En Rafalcaïd se encontraron cerámicas desde el 100 A.C, hasta el 550 D.C.

Pero antes que los romanos ya estaban en la Safor-Valldigna los iberos. Hace unos años «gracias» a un incendio forestal se descubrió un nuevo asentamiento ibero. Pero no acaba ahí la cosa, la comarca de la Safor-Valldigna ya fue ocupada por los hombres del neolítico, prueba de ello son las cuevas del Parpalló, Bolomor, Malladetes, y una decena de cuevas y abrigos que se reparten por toda nuestra geografía.

Como podemos apreciar, la comarca de la Safor-Valldigna tiene un potencial turístico incalculable; como hemos dicho de forma incansable, apostamos por un turismo de calidad que pivote sobre 4 ejes fundamentales: Deportes, Medio Ambiente, Cultura, Congresos.

Y aquí de momento sólo hemos hablado de cultura, la gastronomía es parte de la idiosincrasia de los pueblos, es parte innata de la cultura, al igual que lo es la historia o la lengua; y hablando de la lengua, destacan en nuestra comarca los mayores exponentes del siglo de oro de las letras valencianas.

La comarca de la Safor-Valldigna es cuna de Ausias March, Joanot Martorell, Joan Roís de Corella, los máximos exponentes de las letras valencianas y escritores universales. Nuestra comarca respira cultura, una cultura que hemos de poner en valor y ser eje transmisor para tener un turismo de calidad.

Como he defendido siempre, nuestra comarca ha de pivotar sobre la cultura (historia, gastronomía, museos), el deporte y la naturaleza; tenemos una de las comarcas más ricas de España, es nuestro deber aprovecharla y ser referente europeo. Muchos dirán que eso es imposible, que estoy loco por proponerlo, pero para mí imposible es solo una opinión.