El 9 de junio pasado, el mismo día que la Guardia Civil entró en el Ayuntamiento de Gandia para llevarse documentos relacionados con la trama 'Púnica', Arturo Torró compareció en rueda de prensa y dijo que no estaba imputado en ningún delito, y añadió que si eso ocurría, «me iré en un minuto», en referencia a que dimitiría de todos sus cargos públicos.
Ayer, tras conocer que el juez Velasco lo cita en calidad de imputado, Torró matizó aquella contundente declaración y dijo que Isabel Bonig, la presidenta del PP valenciano, le ha solicitado que siga en el cargo.
«Los estatutos del partido solo exigen la dimisión de cualquier cargo público cuando se haya dictado apertura de juicio oral contra el mismo», indicó ayer el PP de Gandia en un comunicado.
Todo apunta a que esa declaración de Bonig está más pensada para la persona de Víctor Soler, el recién nombrado diputado en las Corts, que para Arturo Torró, quien, al fin y al cabo, ya ha manifestado en privado que su vida política en el PP de Gandia toca a su fin y que quiere que sean otros quienes se pongan al frente del partido en la ciudad que ha gobernado durante cuatro años.
No en vano Soler es, en estos momentos, la persona mejor situada para encabezar una nueva era en el PP gandiense. Esta citación judicial lo deja todo a expensas de lo que decida el juez.
