Una decena de municipios de la Safor ya han aprobado o tienen previsto hacerlo en las próximas semanas un pliego de alegaciones dirigidas a la Generalitat para que retire el pliego de condiciones del concurso abierto para la prestación del servicio público de autobuses que unen distintos pueblos de la comarca, entre ellos la ciudad de Oliva con Gandia y Pego.
Señalan estos ayuntamientos que, en realidad, las condiciones que fijó el Consell del Partido Popular antes del cambio de gobierno resultan perjudiciales para los usuarios del transporte público comarcal. Entre otros aspectos, permite a las empresas que no den servicio en sábados y festivos, una situación que no se había producido en esta comarca en décadas.
De hecho, el actual sistema ya es caótico y los usuarios sufren el recorte en los horarios o directamente la inexistencia de líneas de autobús. Sin olvidarse de municipios más pequeños, el caso más sangrante es el de Oliva, una ciudad en la que sus casi treinta mil habitantes se ven ante la imposibilidad de acceder los domingos, en transporte público, a lugares tan concurridos como el hospital comarcal.
Ni horarios de referencia
Entre semana la cosa mejora, pero no tanto porque quien no tiene coche propio o dispone de alguien que le acompañe sufre horarios de autobús que impiden desplazarse para trabajar o ante cualquier eventualidad. En los municipios más pequeños eso ya hace años que ocurre, y no son pocos los ayuntamientos, como los de la línea Gandia-Ador-Villalonga-Beniarjó-Gandia, que ni siquiera disponen de una tabla para saber cuándo funcionan los autobuses.
Precisamente el pleno del Ayuntamiento de Oliva, como han hecho otros municipios, solicitó, con la única abstención del PSPV-PSOE, la retirada de la propuesta de la Generalitat para conceder la autorización del transporte de viajeros por carretera. Oliva quiere que el Consell tenga en cuenta las necesidades reales de los usuarios y que potencie el transporte público como un servicio esencial. En Oliva no se entiende que, por la envergadura de las dos ciudades implicadas, no exista un servicio directo hacia Gandia, sin paradas intermedias, que permita una amplia cobertura horaria para que cualquier persona pueda dejar el vehículo y desplazarse en autobús.
Por ese motivo Oliva y los otros ayuntamientos que comparten el problema solicitan a la Generalitat la redacción de un Plan Comarcal de Movilidad y la creación de un organismo que gestione coordinadamente todas las líneas de autobús que tienen su origen o destino en la comarca.
Una solución que no se produjo
A finales de la pasada legislatura, cuando empezaron a suspenderse líneas de autobús en la Safor, empezando por la que cubría la ruta de Gandia a Ontinyent y Alcoi, la entonces consellera de Transportes, Isabel Bonig, se comprometió a solucionar el problema en unas semanas. Pese a eso, el tiempo pasó y cuando llegaron las elecciones que acabaron con el mandato del PP en el Consell de la Generalitat, el servicio global de autobuses que cubren rutas en la Safor no solo no se había mejorado, sino que era todavía peor.
