Con una plantilla de casi 60 empleados en temporada alta, Sala Gandia es, desde hace mucho años, uno de las empresas más tradicionales del sector hortofrutícola en la comarca de la Safor y de las pocas que quedan en Tavernes de la Valldigna.
Según explicó el gerente, Álvaro Sala, el grueso de su facturación proviene de la exportación de la fruta a otros países. En concreto, aseguró, el 80 % del volumen de negocio sale de la fruta que se vende al extranjero.
Aunque son varios los países donde se comen las naranjas de Sala Gandia, el principal cliente de esta mercantil es Francia, donde se exporta la mayor parte del producto que sale el almacén hasta ahora radicado en Tavernes.
Sin embargo, Sala confía en que esta temporada crezca la venta interior. Eso se debe, explicó, a que la importación de producto extranjero ha disminuido por culpa de la enfermedad de «la mancha negra» que afecta a la fruta que llega desde Sudáfrica. De hecho, son muchos los almacenes de la comarca de la Safor que confían en ello para que su venta nacional repunte durante esta campaña.
