Alicia Gomis, una de las dos concejalas socialistas que le retiró el apoyo al alcalde y, en definitiva, a la mayoría de los miembros de su grupo, niega que ella y su compañera Lidia Reig actúen movidas por Eduardo Martínez.
Gomis aclara que todo el problema se produce por dos aspectos. En primer lugar, y contradiciendo lo que aseguran el alcalde y los otros tres concejales que le apoyan, dice que «nunca antes de las elecciones se habló de asignarle un sueldo a la primera autoridad municipal». «En todo caso se comentó que podría haber una compensación económica, pero no una dedicación exclusiva», y añade que «me enteré por la prensa» que el alcalde quería fijarse un sueldo de 38.000 euros anuales.
En segundo lugar, Gomis señala que, cuando se desataron las primeras discrepancias por este hecho, el alcalde cambió «a una actitud más intolerante». «Yo no sé qué le pasó, pero desde ese momento los que habíamos estado trabajando con él pasamos de ser lo mejor a lo peor», y concluye que ese rifirrafe político derivó en actitudes «de absoluto desprecio hacia nosotras, como personas y como concejalas».
Alicia Gomis también indica que cuando habló con los otros concejales para intentar superar el conflicto, «me dijeron que nosotras teníamos razón, pero que él era el alcalde y que por eso debían apoyarle».
Según Gomis, ni ella ni Reig han pensado dimitir. «¿Qué he hecho yo para irme si estoy cumpliendo el programa electoral que presentamos? Si tuviera un argumento para dimitir lo haría».
Respecto a la moción que ambas concejalas presentaron para bajar el IBI en una cantidad equivalente al sueldo que pretendía fijarse el alcalde, la representante socialista concluye que «bajar impuestos o pagar libros escolares figuraba en nuestro programa y eso es lo que defendemos».
