La crisis en la que está sumido el PSPV-PSOE de Villalonga, un partido que logró la mayoría absoluta en las elecciones del pasado mayo, tiene su origen en una especie de «conspiración» orquestada por un exasesor del alcalde que «compró políticamente» a dos concejalas. Recién estrenada la legislatura, ambas se separaron del grupo de seis, impidiendo que el alcalde, Enric Llorca, pueda gobernar el municipio.
Así resume el propio alcalde, los otros tres concejales que le apoyan y la mayoría de los miembros de la lista del PSPV la crisis política generada en este municipio. El exasesor al que acusan de causar todo el desaguisado es Eduardo Martínez, quien, según explican a este periódico, trató de asegurarse una plaza de funcionario en el ayuntamiento mediante un concurso «a medida», algo a lo que tanto el alcalde como el resto de concejales se negaron. «Prefiero perder la mayoría, e incluso la alcaldía, antes que aceptar chantajes para cometer ilegalidades», argumenta Enric Llorca.
A partir de ahí, Eduardo Martínez maniobró con las dos concejalas díscolas, Alicia Gomis y Lidia Reig, que, en el primer pleno de la legislatura, impidieron asignar un sueldo de 38.000 euros anuales para el alcalde, el hecho que sacó a la luz pública la crisis del grupo socialista y que impide gobernar el municipio, de 4.500 habitantes.
Eduardo Martínez, con quien también habló este periódico, evita entrar en la cuestión. «No tengo nada que ver con el lío en que pretenden implicarme», si bien niega categóricamente que intentara «colocarse» en el Ayuntamiento de Villalonga con un concurso amañado. «Yo solo asesoré sobre aspectos de personal», concluye quien en la pasada legislatura fue un estrecho colaborador del alcalde, al que Llorca acusa ahora de haberle engañado y de tratar de «enchufar» en el ayuntamiento a amigos y afines.
Seguí: «Trató de comprarme»
Mari Carmen Seguí, concejala de Educación, apuntala esa acusación e incluso señala que Martínez «trató de comprarme» prometiéndole un salario en el ayuntamiento si le apoyaba, algo a lo que ella también se negó.
El viernes pasado el conflicto entre los concejales que están con el alcalde (Mari Carmen Seguí, Juan José Sanchis y Vicente Rocher) y las «díscolas» Gomis y Reig dio un giro. A la vista de que la dirección comarcal del PSPV no ha tomado ninguna decisión en los casi cuatro meses de crisis de gobernabilidad, el grupo mayoritario decidió expulsar a las dos concejalas. Cuando el escrito surta efecto legal, Alicia Gomis y Lidia Reig, que se apoyaron en los representantes del PP y de Compromís para impedir el PSPV sacara adelante sus propuestas en el pleno, pasarán al Grupo de No Adscritos.
«Nos hemos sentido abandonados por el partido», indican los cuatro concejales en un clarísimo reproche a la dirección comarcal del PSPV, que, en su opinión, no ha querido actuar para que el exasesor Martínez «dejara de maniobrar con las dos concejalas tránsfugas». Ayer, al conocer que los cuatro concejales habían decidido expulsar del grupo a las dos compañeras, dirigentes socialistas le expresaron su apoyo al alcalde.
El pasado viernes, durante el encuentro con los concejales y miembros de la lista del PSPV de Villalonga, este periódico preguntó al alcalde si había pensado en dimitir para reconducir la situación. Antes de que él respondiera se adelantan el resto de concejales. «Si él se va, dimitimos todos», y en ese «todos» se incluyen tanto los miembros corporativos como el resto de compañeros de la lista, que renunciarían a sustituirles en el ayuntamiento.
Este conflicto, que sorprendió a la mayoría de los vecinos de Villalonga, ha puesto en jaque la primera mayoría absoluta que el PSPV-PSOE ha logrado en el Ayuntamiento de Villalonga desde la restitución de la democracia municipal.
