El Mercat del Prado, una de las emblemáticas obras que dejó en la ciudad de Gandia la gestión del PP al frente del Ayuntamiento, es un edificio «económicamente inviable». Así, con esas palabras, definió ayer la situación de esta instalación Alícia Izquierdo, concejala de Políticas Económicas e Innovación.

Izquierdo explicó que el edificio, que abrió con todos los puestos en funcionamiento y en el que actualmente hay tres que echado la persiana, «es otro de los agujeros económicos que el PP dejó en IPG durante la pasada legislatura». Primero, dijo, porque «es muy deficitario» segundo, porque la cadena de supermercados que ocupa gran parte de su interior «tiene un acuerdo con el ayuntamiento mediante el cual no pagará nada durante los próximos 11 años como compensación de una deuda pendiente con el consistorio».

La edil del Gobierno local respondió, de ese modo, a las críticas que, también ayer, habían vertido desde el grupo municipal del PP.

En ellas, la concejala Emi Climent acusaba al actual Gobierno local de «dejadez» del edificio y se ofrecían para gestionarlo porque «lo están dejando morir para echarnos la culpa a nosotros y eso está provocando que los comerciantes abandonen».

Izquierdo mostró su «sorpresa» por estas declaraciones cuando, según dijo, «tanto los técnicos de mi departamento y yo vamos casi todas las mañanas al mercado y estamos en contacto con los comerciantes».

Izquierdo aclaró en rueda de prensa que el actual Gobierno local de Gandia «apuesta» por el Mercat del Prado «y eso los comerciantes lo saben porque estamos en permanente contacto con ellos y porque desde el primer día estamos trabajando para encontrar una solución al problema».

La responsable de Comercio desmintió que, como denunció el PP, no se limpie el mercado, y dijo que «lo hace una empresa contratada por IPG». Alícia Izquierdo denunció, además, que los populares utilizaron la instalación «para enchufar a amigos, familiares y afiliados al PP, que trabajaban desde la empresa pública en su gestión».