Sanear las cuentas del colectivo y salir de su particular «crisis» más reforzados si cabe. Ese es el objetivo que se ha marcado la gestora que se ha puesto al frente de la Junta Local Fallera de Oliva para el ejercicio 2015-2016 ante la ausencia de un presidente. Son un total de 14 personas, dos miembros de cada una de las siete comisiones de la ciudad, que decidieron coger el toro por los cuernos y aprovechar que, en el plazo estipulado, ningún fallero de Oliva se postuló para ponerse al frente del ente que gestiona la fiesta josefina.
Será un año «de transición», como apuntaba ayer a Levante-EMV Vicent Pérez Bernabeu, presidente de la gestora. Este periodo incluye prescindir de la Fallera Mayor de la ciudad, una figura que, en todo caso, el colectivo espera poder recuperar para el siguiente ejercicio. «No es que no se presentara ninguna, es que no llegamos a sacar ni la convocatoria», dijo, porque están seguros de que es la mejor forma de salvar del pozo las cuentas de la entidad.
Los nuevos gestores se han encontrado con una situación económica muy precaria que obligaba a tomar decisiones drásticas.
Pérez aclara que la responsabilidad de la situación «viene de lejos» y descarga de toda culpa a la última junta directiva de la entidad presidida por Juanjo Llorca en los últimos cuatro años.
El presidente de la gestora explicó que solo los actos protagonizados por la Fallera Mayor de la ciudad, la presentación, proclamación, etc, «supone un gasto de entre el 50 % y el 60 % del presupuesto total que disponemos para afrontar el año», lo que, tal y como está la situación, lo hace actualmente insostenible. Eso implica que en un ejercicio sin esta figura, la entidad podrá dedicar más recursos económicos a cubrir la deuda.
El presupuesto anual de la Junta Local Fallera se encuentra alrededor de los 20.000 euros dependiendo de cada año. El pasado mes de agosto, la gestora firmó con el ayuntamiento el convenio de 2015 que ascendía a 18.000. «Ese dinero no ha sido suficiente para pagar todo lo que se debía», asegura Pérez. La entidad trabaja ahora para cerrar el acuerdo de 2016 con el consistorio.
Esta delicada situación en la que se encuentra la Junta Local Fallera de Oliva es reversible, de ahí que el propio Vicent Pérez asegure que «no es el ocaso de la fiesta en la ciudad, sino todo lo contrario, hemos hecho esto para reflotarla».
Convocar elecciones
El objetivo de la gestora que rige ahora los designios de la Junta Local Fallera es el de convocar elecciones y arrancar una nueva etapa en el seno de la entidad a partir del próximo año. «Confiamos en que esta vez sí que haya quien quiera presentarse para presidirla», asegura Pérez, convencido de que si no hubo candidato para este ejercicio fue, precisamente, por la mala situación económica. «Queremos hacer de la Junta una Federació de Falles y que quien entre de presidente y su junta ejecutiva tenga las cosas mucho más claras de lo que están ahora», señaló Vicente Pérez.
Reconoce que los Moros y Cristianos «están actualmente por encima de nosotros en Oliva porque hacen mejor fiesta», aunque no se resigna y apunta que «el objetivo es llegar al mismo nivel que ellos en lo que son los actos culturales y festivos de la ciudad».
