La Diputación de Valencia incluirá en el presupuesto del año 2016, que aprobará próximamente, la partida económica necesaria para la reconstrucción del puente que comunica, por vías rurales, los términos municipales de Beniarjó y el Real de Gandia.
Este puente, construido en hormigón, fue arrastrado por la tremenda riada que generó las intensas lluvias caídas el 10 y 11 de octubre de 2007, cuando el río Vernissa registró una crecida que, según la Confederación Hidrográfica del Júcar, alcanzó un caudal cercano a los 400 metros cúbicos por segundo.
La destrucción del puente obliga desde entonces a los agricultores y vecinos de ambos municipios, así como los de otros cercanos, a dar un rodeo para desplazarse del Real a Beniarjó.
La Confederación Hidrográfica del Júcar se negó a reconstruir el puente por considerar que las infraestructuras viarias no son de su competencia, y después de no pocas protestas fue la Diputación de Valencia la que se comprometió a financiar el proyecto.
A finales de la pasada legislatura, y especialmente a medida que se acercaba la campaña electoral, representantes de todos los partidos no se resistieron a la tentación de acercarse al punto donde estaba el puente para prometer que, si gobernaban ellos, sería reconstruido. Juan José Medina, entonces vicepresidente de la diputación, del PP, prometió la obra para este 2015, pero es evidente que no se hizo.
Tras las elecciones, los nuevos gobiernos locales del Real y de Beniarjó, ambos del PSPV y Compromís, trasladaron a la diputación su exigencia de que la obra se lleve a cabo. Ayer el primer teniente alcalde de Beniarjó, Marc Estruch, reveló, tras entrevistarse con el diputado Emili Altur, que ese proyecto había quedado paralizado en la pasada legislatura y que el dinero se incluirá en el presupuesto de 2016 para que la obra vea la luz en ese mismo año.
